¿Jacob amado, Esaú odiado? Una mirada al libro

El misterio de la predestinación

El pasaje de Romanos 9:9-13 plantea un enigma desconcertante sobre la naturaleza de la soberanía de Dios y la responsabilidad humana. La declaración de que "amé a Jacob, pero aborrecí a Esaú" (9:13) ha generado siglos de debate y discusión.

El contexto histórico

Para comprender este pasaje, es esencial considerar su contexto histórico. Jacob y Esaú eran hermanos gemelos que lucharon por el favor de su padre, Isaac. Jacob, el más astuto, engañó a Esaú para obtener la primogenitura y la bendición de su padre.

El propósito de Dios

El pasaje de Romanos afirma que la elección de Dios de amar a Jacob y odiar a Esaú no se basó en sus obras o méritos, sino en el propósito soberano de Dios. Dios quería usar a Jacob para cumplir su plan de redención a través de la nación de Israel.

La soberanía y la responsabilidad humanas

El pasaje no niega la responsabilidad humana. Jacob y Esaú tomaron sus propias decisiones, y sus acciones tuvieron consecuencias. Sin embargo, el pasaje subraya que el plan soberano de Dios finalmente determina los resultados.

Preguntas frecuentes

¿Qué significa "Jacob amé, pero a Esaú aborrecí"?

  • Romanos 9:9-13 no declara explícitamente que Dios odiara a Esaú, sino que amó a Jacob y escogió a Jacob sobre Esaú antes de nacer.

¿Por qué Dios eligió a Jacob sobre Esaú?

  • Romanos 9:11 dice que Dios eligió a Jacob "de acuerdo con su propósito de elección".
  • Esta elección no se basó en sus obras o méritos, sino en el propósito soberano de Dios.

¿Es justo que Dios elija a unos y rechace a otros?

  • La justicia de Dios no radica en tratar a todos por igual, sino en cumplir sus propósitos justos.
  • Dios tiene el derecho de elegir a quienquiera que quiera, ya que es el Creador y Sustentador de todas las cosas.
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¿Cómo afecta esta elección a nuestra salvación?

  • La elección de Jacob sobre Esaú no afecta nuestra salvación, ya que todos tenemos la oportunidad de ser salvos por la gracia de Dios a través de la fe en Jesucristo.

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