¡Ignacio de Antioquía enfrentó a las bestias salvajes!

El martirio de un obispo valiente

Durante una visita a Asia Menor, el emperador Trajano arrestó al obispo Ignacio de Antioquía por su fe cristiana. Encadenado y enviado a Roma para ser ejecutado, Ignacio llegó justo antes del cierre de los espectáculos públicos. Inmediatamente fue arrojado a la arena y devorado por leones feroces.

Un sacrificio consciente

Sorprendentemente, Ignacio no intentó escapar de su cruel destino. Al contrario, escribió una carta a la iglesia en Roma insistiendo en que nadie interfiriera con su "verdadero sacrificio".

La fe inquebrantable de Ignacio

La actitud de Ignacio se basaba en su profunda fe: "Estar cerca de la espada es estar cerca de Dios; estar entre las bestias salvajes es estar en los brazos de Dios; solo sea en el nombre de Jesucristo".

Un legado de discipulado

Ignacio fue un discípulo del apóstol Juan y el primer obispo de Antioquía durante cuarenta años. Es conocido por sus escritos que se refieren a la iglesia como "católica", lo que significa "universal".

Ignacio de Antioquía es un testimonio del poder transformador de la fe. Su valentía y resignación ante el martirio nos inspiran a vivir nuestras vidas con un propósito y una convicción inquebrantables.

Preguntas frecuentes:

¿Por qué Ignacio no intentó escapar de su martirio?

  • Ignacio creía que morir por Cristo le traería gloria eterna, acercándolo a Dios.

¿Qué enseñanzas predicó Ignacio?

  • Ignacio enfatizó la importancia de vivir como verdaderos cristianos, no solo de ser llamados así.

¿Qué papel desempeñó Ignacio en la Iglesia primitiva?

  • Ignacio fue un discípulo del apóstol Juan y el primer obispo en usar el término "católica" para referirse a la Iglesia universal.
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