El apóstol Pablo, encadenado en Cesarea, aprovechó su comparecencia ante el gobernador Festo y el rey Agripa II para presentar su defensa. Inició su discurso relatando su vida como fariseo, un miembro estricto de la secta judía más ortodoxa. Sin embargo, la vida de Pablo dio un vuelco cuando se encontró con Jesús resucitado en el camino a Damasco. Este encuentro transformador lo llevó a convertirse en un seguidor de Cristo y a difundir el mensaje del evangelio a los gentiles.
El Mensaje del Evangelio de Salvación
Hechos 26:9-18
Pablo resumió el mensaje central del evangelio: la resurrección de Jesús. Esta verdad fundamental confirmó que Jesús era el Mesías prometido, el Hijo de Dios. Pablo enfatizó la importancia del arrepentimiento y la fe, afirmando que todos deben volverse de sus pecados y creer en Jesús para recibir la salvación. Este mensaje resonó profundamente con Agripa, quien se mostró intrigado pero indeciso al respecto.
La Resurrección de Jesús como Prueba Indiscutible
Hechos 26:19-23
Pablo argumentó que la resurrección de Jesús no era una mera fábula, sino una prueba irrefutable de su divinidad. Los testigos presenciales habían visto a Jesús resucitado, y su testimonio proporcionaba una evidencia innegable de su victoria sobre la muerte. La resurrección confirmó la autoridad de Jesús y el poder de su mensaje.
La Inocencia y la Esperanza de Pablo
Hechos 26:24-32
Pablo concluyó su discurso declarando su inocencia de los cargos en su contra. Había actuado de acuerdo con su conciencia y había seguido fielmente la verdad del evangelio. A pesar de la persecución y la oposición, Pablo mantuvo su esperanza en la resurrección futura, donde la justicia de Dios se manifestaría plenamente.
El estudio bíblico de Hechos 26 ofrece lecciones valiosas para nuestra vida cristiana:
El poder transformador del evangelio: La conversión de Pablo demuestra que el evangelio tiene el poder de cambiar vidas, incluso las más arraigadas en el error.
La misión de la iglesia: La iglesia está llamada a predicar el evangelio a todas las naciones, llevando el mensaje de salvación a todos los rincones de la tierra.
La esperanza de la resurrección: La resurrección de Jesús nos da esperanza en medio de las dificultades de la vida, sabiendo que nuestra victoria final está asegurada.
Defender la fe con valentía: Incluso ante la persecución, debemos defender nuestra fe con valentía, confiando en la justicia de Dios.
El juicio final: Dios juzgará a todos, tanto a creyentes como a no creyentes, y su justicia se manifestará plenamente en el día del juicio.
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