¿Gobierna Cristo las Naciones Ahora?
El Reinado de Dios sobre las Naciones
La Palabra de Dios revela que Dios gobierna las naciones de diversas maneras:
1. Providencia Celestial
Dios ejerce un dominio absoluto sobre todas las naciones en todo momento. Él establece reyes y controla sus acciones, incluso las de los gobernantes malvados.
Ejemplo: La conspiración de los líderes para crucificar a Jesús fue un cumplimiento de los propósitos de Dios (Hechos 4:27-28).
2. El Trono de Cristo
Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado, está sentado a la derecha de Dios con toda autoridad en el cielo y en la tierra. Su reinado no es político, sino espiritual, enfocado en establecer su reino en los corazones de las personas de todas las naciones.
Propósito: Salvar a los elegidos de todas las naciones, reuniéndolos en su iglesia.
3. El Reino Venidero
Después de la Segunda Venida de Cristo, él regresará como Rey visible y reinará sobre la tierra. Todas las autoridades humanas serán destruidas, la muerte será derrotada y Dios reinará a través de Cristo y su cuerpo (la iglesia) para siempre.
Ejemplo: Apocalipsis 5:9-10 describe a los creyentes de todas las naciones gobernando con Cristo en los nuevos cielos y la nueva tierra.
Dios gobierna las naciones a través de su providencia celestial, el trono de Cristo y el reino venidero. Su reinado actual se enfoca en la salvación y la santificación, mientras que su reinado futuro traerá la destrucción de la oposición y el establecimiento de su gobierno eterno.
¿Cómo gobierna Cristo sobre las naciones en la actualidad?
Cristo gobierna sobre las naciones de al menos tres maneras:
- Dominio absoluto de Dios: Dios supervisa constantemente todas las naciones, dirigiendo las acciones de los gobernantes y cumpliendo sus propósitos.
- Cristo a la diestra de Dios: Jesús, como Hijo de Dios encarnado, posee toda autoridad en el cielo y la tierra, y utiliza este poder para establecer su reino salvador en los corazones humanos.
- Reino futuro de Cristo: En su segunda venida, Cristo vendrá físicamente para gobernar visiblemente sobre las naciones, destruyendo toda oposición y entregando el reino al Padre.