¡Exalta al Señor, Fuente de Justicia y Ayuda!
La Futilidad de la Confianza Humana
El Salmo 146 nos invita a alabar al Señor, reconociendo su naturaleza eterna y su poder ilimitado. Nos recuerda la futilidad de confiar en los príncipes y los hombres mortales, cuya ayuda es inestable y transitoria.
La Bendición de la Ayuda Divina
En contraste, el salmista proclama la bendición de confiar en el Dios de Jacob. Él es el Creador que sostiene el universo y cumple su pacto de fidelidad. Su ayuda trae alimento a los hambrientos, libertad a los presos y justicia a los oprimidos.
La Protección Divina sobre los Desprotegidos
El Señor también cuida a los más vulnerables: los extranjeros, los huérfanos y las viudas. Extiende su mano protectora sobre ellos, mientras desbarata los planes de los malvados.
La Esperanza Eterna en Dios
El salmista concluye con una declaración de esperanza eterna en el Señor. Su reinado es inquebrantable, y su justicia prevalecerá para siempre. Por lo tanto, exhorta a los fieles a alabar al Señor, reconociendo su soberanía y su amor inquebrantable.
Preguntas frecuentes sobre el Salmo 146
¿Por qué debemos alabar al Señor?
Porque Él es digno de alabanza por Su grandeza y Sus actos justos (versículo 1).
¿En quién no debemos poner nuestra confianza?
En los hombres, porque son mortales y su ayuda es limitada (versículo 3).
¿Quién es verdaderamente digno de nuestra confianza?
El Dios de Jacob, el Creador y Soberano del universo (versículo 5).
¿Qué hace el Señor por los necesitados?
- Ejecuta justicia para los oprimidos (versículo 7)
- Da comida a los hambrientos (versículo 7)
- Libera a los prisioneros (versículo 7)
- Abre los ojos de los ciegos (versículo 8)
- Levanta a los oprimidos (versículo 8)
- Protege a los extranjeros (versículo 9)
- Ayuda a los huérfanos y viudas (versículo 9)
¿Qué les sucede a los malvados?
Sus planes fracasan y sus caminos se destruyen (versículo 4).
¿Cuánto tiempo reinará el Señor?
Para siempre (versículo 10).