¿Están Siguiendo los Pasos del Diablo?
La Advertencia de Jesús
En el capítulo 8 del Evangelio de Juan, Jesús se encuentra en el Templo cuando lo interrumpen los fariseos y los escribas. Traen ante él a una mujer acusada de adulterio, con la intención de tenderle una trampa.
Jesús desarma hábilmente su intento, escribiendo algo en la tierra. Luego, desafía a los acusadores a tirar la primera piedra si están libres de pecado. Su respuesta los obliga a retirarse, uno por uno.
Un Encuentro Personal
Una vez que los acusadores se han ido, Jesús se dirige a la mujer: "¿Dónde están tus acusadores? ¿Nadie te ha condenado?" Ella responde: "Nadie, Señor". Jesús dice: "Tampoco yo te condeno. Vete y no peques más".
El Camino de la Verdad
Después de este encuentro, Jesús declara: "Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida".
Los fariseos se oponen, afirmando que su testimonio es inválido. Jesús responde que su testimonio proviene de Dios, quien lo envió.
La Verdadera Libertad
Jesús continúa: "Si permanecéis en mi palabra, sois verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres".
Los judíos, que se consideran descendientes de Abraham, se sorprenden por estas palabras. Jesús aclara que la verdadera esclavitud es la que proviene del pecado. Solo sus seguidores, libres del pecado, pueden experimentar la verdadera libertad.
El Origen del Mal
Jesús vuelve a advertir a sus oyentes: "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él era homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él".
Enfatiza que aquellos que rechazan la verdad están alineados con el padre del mal, quien es el mentiroso y el asesino.
Antes de Abraham
Finalmente, Jesús hace una declaración audaz: "Antes que Abraham fuese, yo soy". Esta afirmación enfurece a los judíos, quienes lanzan piedras para matarlo. Sin embargo, Jesús se escapa, demostrando su poder y autoridad como el Hijo de Dios.