¿Estamos Predestinados a Ser Salvos?
Llamados, Justificados y Glorificados
En Romanos 8:30, el apóstol Pablo describe un proceso de cuatro pasos en nuestra salvación:
- Predestinados: Dios nos escogió desde antes de la creación (Efesios 1:4).
- Llamados: Nos invita a seguir a Jesucristo (Juan 6:44).
- Justificados: Nos perdona nuestros pecados y nos declara justos (Romanos 3:24).
- Glorificados: Finalmente, nos transformaremos a la imagen de Cristo (Filipenses 3:21).
¿Qué es la Predestinación?
La predestinación no significa que Dios controle nuestras decisiones o nos obligue a ser salvos. Más bien, significa que Dios conoce de antemano quién responderá a su llamado y que ha diseñado un plan para que seamos salvos.
¿Cómo Respondemos al Llamado?
El llamado de Dios es un ofrecimiento de salvación. Respondemos a este llamado:
- Arrepintiéndonos de nuestros pecados (Hechos 2:38).
- Creyendo en Jesucristo como nuestro Salvador (Juan 3:16).
¿Qué Sucede Después de la Justificación?
Una vez justificados, somos sellados con el Espíritu Santo (Efesios 1:13), quien nos ayuda a crecer en nuestra fe y santificación. El proceso de santificación continúa hasta que seamos glorificados en la presencia de Dios (1 Juan 3:2).
La salvación es un proceso multifacético que comienza con la predestinación y culmina con la glorificación. Es un don de Dios que abarca todo, que nos llama a arrepentirnos, creer y vivir una vida santa mientras esperamos nuestra transformación final.
Preguntas frecuentes sobre Romanos 8:30: Predestinados, llamados, justificados, glorificados
¿Qué significa ser predestinado?
Es estar elegido por Dios antes de la fundación del mundo para ser salvos (Efesios 1:4-5).
¿Qué significa ser llamado?
Es ser invitado por Dios a venir a Él a través de la fe en Jesucristo (Juan 6:44).
¿Qué significa ser justificado?
Es ser declarado justo delante de Dios por la fe en Jesucristo, no por nuestras propias obras (Romanos 3:24).
¿Qué significa ser glorificado?
Es ser conformados a la imagen de Jesucristo y vivir para siempre en su presencia (Romanos 8:29-30).
¿Cómo se logra todo esto?
Por la gracia de Dios, a través de la fe en Jesucristo (Efesios 2:8-9).
¿Cuál es el propósito de mirar el Libro?
Es para ver por nosotros mismos si el significado de un texto bíblico está realmente ahí.
Es para que nuestra fe, gozo y amor por Dios en Cristo exploten.