¿Está tu salvación en riesgo?
El terrible juicio de Dios
La Biblia nos advierte que Dios es un Dios de gracia y juicio. Su ira es un fuego consumidor que arderá contra los pecadores que rechacen su gracia.
La salvación por la fe
Sin embargo, Dios también ha provisto un sacrificio por nuestros pecados: Jesucristo. Por medio de la fe en Jesús, podemos escapar del juicio venidero y recibir la vida eterna.
El pecado imperdonable
Pero existe un pecado imperdonable: continuar pecando voluntariamente después de conocer la verdad. Para aquellos que lo hacen, ya no queda sacrificio por los pecados, sino un juicio aterrador.
¿Quiénes son los que se enfrentan al juicio?
Los que se enfrentan al juicio de Dios son aquellos que:
- Pecan voluntariamente
- Se convierten en adversarios de Dios
- Pisotean al Hijo de Dios
- Profanan la sangre del pacto
- Insultan al Espíritu de gracia
Advertencia para los santificados
Incluso aquellos que han experimentado la santificación pueden caer de la gracia. Por lo tanto, es esencial que:
- Permanezcamos firmes en nuestra fe
- No nos volvamos complacientes con el pecado
- Busquemos constantemente la ayuda del Espíritu Santo
Toma conciencia
Si has recibido el conocimiento de la verdad y has experimentado la santificación, no la des por sentado. Toma en serio las advertencias de Dios y vive una vida fiel a él. De lo contrario, corres el riesgo de enfrentarte a su terrible juicio.
Preguntas Frecuentes
¿Qué es el castigo para aquellos que rechazan el sacrificio de Cristo?
Un juicio aterrador y una furia de fuego que los consumirá.
¿Qué es el sacrificio que ya no está disponible para aquellos que pecan intencionalmente?
El sacrificio de Jesucristo para expiar los pecados.
¿Quiénes se consideran adversarios y tramplean al Hijo de Dios?
Aquellos que rechazan a Dios, tratan la sangre de Cristo como algo común y desprecian el Espíritu de gracia.
¿Qué significa que los apóstatas fueron "santificados"?
En este contexto, se refiere a la separación religiosa y purificación externa que a menudo ocurre cuando las personas se unen a la iglesia visible, pero no experimentan una verdadera conversión espiritual.
¿Qué advertencia se da a los creyentes?
Cuidado con ustedes mismos, no desprecien el sacrificio de Cristo, no menosprecien su sangre y no insulten al Espíritu de gracia que trabaja en sus vidas.