¡Esperando el despertar del amor!
La espera en el amor
El amor es un sentimiento intenso que puede generar una espera agónica, especialmente cuando se anhela una unión física. La sociedad actual, saturada de mensajes sobre la satisfacción inmediata de los deseos sexuales, puede agravar esta espera. Sin embargo, la sabiduría del Cantar de los Cantares ofrece una perspectiva tranquilizadora al aconsejar: "No despiertes ni avives el amor hasta que le plazca".
Razones para esperar
Más allá de las reglas bíblicas, el Cantar de los Cantares ofrece razones convincentes para esperar hasta el matrimonio para tener relaciones sexuales.
-
Proteger la integridad: Comparando la espera con el cuidado de un viñedo, el Cantar de los Cantares advierte sobre las "zorras pequeñas" que pueden dañar las delicadas flores. Esto simboliza la importancia de proteger la mente y el cuerpo de deseos lascivos y fantasías románticas que pueden dañar a largo plazo.
-
Honrar la relación: La espera también es una forma de honrar la relación única y duradera que se establece en el matrimonio. La intensidad de la espera intensifica el placer de la consumación final.
Esperanza en medio de la espera
Incluso para aquellos que luchan contra la soltería o la atracción hacia personas del mismo sexo, la espera no es en vano.
-
Expectativa divina: Dios puede sorprender con una relación inesperada. Nunca descartes la posibilidad de un encuentro divino que conduzca al matrimonio.
-
El amante perfecto: Más allá de cualquier relación terrenal, hay un amante mayor que nos espera. Dios nos ama apasionadamente y anhela una relación con nosotros. Al igual que en el Cantar de los Cantares, Dios ha cuidado de nosotros y nos ha dado abundantes dones, pero a menudo hemos fallado en corresponder. Sin embargo, Dios en su amor envió a su Hijo Jesús para rescatarnos y reconstruir nuestro "viñedo".
La cosecha final
Nuestra espera no solo es por un matrimonio terrenal sino también por una cosecha final. En el último día, experimentaremos la transformación completa y la presencia de nuestro Amado. La alegría de ese momento será inimaginable, ya que nuestro Amado nos dice: "Eres hermosa, amada mía; no hay defecto en ti".