¡Espera con esperanza! El secreto para afrontar los tiempos de espera

El poder de la paciencia

¿Quién disfruta esperar? Sin embargo, gran parte de nuestras vidas gira en torno a ello: Uber, llamadas telefónicas, rebajas, vacaciones, citas médicas... Incluso desde pequeños, esperamos año tras año la mágica mañana de Navidad. Y en ocasiones, la espera se torna desafiante: alivio del dolor crónico, estabilidad económica, relaciones sanadas, cambios sociales... Actualmente, todo el mundo espera el fin de una pandemia. Y sabemos que toda la creación "espera con anhelo el día en que Dios muestre a sus hijos" (Romanos 8:19).

En busca de la paciencia

Si tuviéramos que elegir un salmo que todo cristiano debería conocer, sin duda sería el Salmo 40. Comienza con estas palabras: "Esperé pacientemente al Señor". ¿Quién no se identifica con la dificultad de esperar con paciencia? Pero el mensaje de Dios en este salmo nos ayuda a conseguirlo, y mucho más.

Un testimonio personal

El Salmo 40 cobró un significado especial para mí a mediados de los 90, cuando atravesé una dura etapa de depresión, ataques de pánico y desesperanza. Me preguntaba una y otra vez: "¿Acabará esto alguna vez?". Tras casi tres años de espera y súplicas a Dios, finalmente recuperé mi vida. De hecho, una vida mejor. Y parecía que Dios había inspirado a David a escribir los primeros versos del Salmo 40 solo para mí:

"Esperé pacientemente al Señor; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó del pozo de la muerte y del fango. Puso mis pies sobre una roca y afirmó mis pasos. Puso en mi boca un canto nuevo, un canto de alabanza a nuestro Dios. Muchos verán y temerán, y pondrán su confianza en el Señor" (Salmo 40:1-3).

Alabanza en medio de la espera

David no especifica los detalles de su prueba, lo que nos permite aplicar sus palabras a cualquier situación que estemos viviendo. En mi caso, el "pozo de la muerte" y el "fango" de los que Dios me libró fueron el resultado de mis deseos pecaminosos de autoexaltación y control. Dios nos rescata de pozos y ciénagas, incluso cuando son fruto de nuestras propias acciones. Desde entonces, los primeros versos del Salmo 40 se han convertido en un estribillo recurrente para mí, trayendo esperanza en medio de mis fracasos y debilidades.

Leer Más:  El Día de Expiación: Un Ritual Sagrado para la Purificación

Proclama las maravillas de Dios

El Salmo 40 no solo nos aconseja esperar en silencio, sino que nos anima a expresar nuestra alabanza a Dios mientras esperamos. Es el modelo opuesto a una respuesta tibia, educada, formalista e introspectiva a la importancia y las obras de Dios. Considera lo que dice David:

"Tú, Señor y Dios mío, has hecho muchas cosas maravillosas; tus pensamientos hacia nosotros son innumerables. Ninguno puede igualarte. Te anunciaré y te alabaré, pero tus hechos son demasiados para contar" (Salmo 40:5).

Al reflexionar sobre el rescate divino que ha experimentado, David se ve envuelto en la realidad, inmensidad e inagotable bondad de Dios. Hechos maravillosos. Pensamientos incomparables. Reconoce que Dios siempre está obrando en sus planes para nosotros, incluso cuando no podemos verlos. Y no puede guardárselo para sí mismo.

No ocultes tu fe

Es difícil pasar por alto el compromiso de David de compartir sus pensamientos sobre Dios para que otros los escuchen:

"Puso en mi boca un canto nuevo, un canto de alabanza a nuestro Dios" (Salmo 40:3).

"Te anunciaré y te alabaré" (Salmo 40:5).

"He anunciado la salvación en la gran congregación... No he reprimido mis labios" (Salmo 40:9).

"No lo he ocultado... He hablado... No lo he encubierto" (Salmo 40:10).

Estos versos me desafían y me sirven cuando tengo la tentación de quejarme de mi situación actual o de soportarla en silencio. Hace poco, los pensamientos ansiosos sobre una situación sin resolver comenzaron a agobiarme. En medio de mi egocentrismo, dije en voz alta: "Tú, Señor y Dios mío, has hecho muchas cosas maravillosas; tus pensamientos hacia nosotros son innumerables". Al instante, mi perspectiva cambió y mi espíritu se elevó.

Leer Más:  ¿Cómo superar el peso de los estados de ánimo negativos?

Esperando mientras esperamos

Si el salmo terminara en el versículo 11, podríamos concluir con una bonita reverencia. David ha sido liberado de su pasada prueba y la alabanza eufórica brota de él. ¡La espera ha terminado! ¡Es hora de celebrar!

Sin embargo, los versos siguientes pintan un cuadro más realista, uno que a menudo nos resulta más familiar.

"Los males me han rodeado sin número; mis iniquidades me han alcanzado; no puedo verlas; son más que los cabellos de mi cabeza; mi corazón desfallece. Sé complaciente, Señor, para librarme; Señor, apresúrate a ayudarme" (Salmo 40:12-13).

David celebra su liberación pasada en medio de la necesidad de ser liberado de nuevo. Sus palabras y acciones confrontan nuestra tendencia a pensar que una vez que Dios nos ha ayudado a superar una temporada de espera, no tendremos que esperar por nada más. David se da cuenta de que no solo los actos maravillosos de Dios son innumerables. Los males que le rodean tampoco pueden contarse. Y en gran medida son causados por los propios pecados de David. Sus iniquidades le han alcanzado. Son más que los cabellos de su cabeza. Está abrumado, emocionalmente agotado y le cuesta encontrar la fuerza para seguir adelante.

Fuente de alabanza inesperada

En la angustia de los versos 12-13, parece que David ha vuelto a caer en el pozo del que fue rescatado en el verso 2. Solo que ahora es peor. Tiene gente que quiere arrebatarle la vida, arrastrar su nombre por el barro y atraparlo en su punto más bajo. Pero la fe de David en Dios no disminuye. De hecho, parece fortalecerse: "Pero alégrense y regocíjense todos los que te buscan; que los que aman tu salvación digan continuamente: '¡Grande es el Señor!'" (Salmo 40:16).

Leer Más:  La verdad te hará libre: ¿qué significa realmente?

Preguntas Frecuentes

¿Quién es Bob Kauflin?

Bob Kauflin es el director de Sovereign Grace Music, quien equipa a pastores y músicos en la teología y práctica de la adoración congregacional, y sirve como pastor en Sovereign Grace Church en Louisville, Kentucky.

¿Cuál es el mensaje principal del Salmo 40?

Esperar pacientemente al Señor y expresar alabanza en medio de la espera, reconociendo que Dios siempre está obrando y que sus obras son más numerosas de lo que podemos contar.

¿Cómo podemos alabar a Dios en medio de las dificultades?

Recordando las acciones maravillosas de Dios en el pasado, creyendo en su bondad y fidelidad actuales, y confiando en su plan futuro para nosotros.

¿Por qué es importante esperar en Dios?

Porque demuestra nuestra fe en su soberanía, nos ayuda a crecer en paciencia y dependencia, y glorifica a Dios al mostrar su fidelidad y misericordia.

¿Qué nos enseña la profecía de David en el Salmo 40 sobre Jesucristo?

Que Jesús vino a cumplir la voluntad de Dios, a pagar por nuestros pecados y a reconciliarnos con Dios, ofreciendo esperanza y redención a quienes confían en él.

Subir