¿Es posible engañar a Dios?

El principio de la siembra y la cosecha

Galatians 6:7 nos advierte: "No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará". Este versículo nos enseña un principio fundamental: el principio de la siembra y la cosecha.

Lo que sembramos en nuestras vidas, ya sea buenas acciones o malas, determina lo que cosecharemos. Si sembramos egoísmo y satisfacción de nuestros propios deseos, cosecharemos destrucción. Sin embargo, si sembramos amor, bondad y servicio a los demás, cosecharemos vida eterna.

La cosecha del Espíritu y la carne

El versículo 8 continúa diciendo: "Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna".

Cuando vivimos para satisfacer nuestros deseos carnales, tales como el orgullo, la avaricia y la lujuria, estamos sembrando para la carne. La cosecha será corrupción y decadencia. Por otro lado, cuando vivimos de acuerdo con los frutos del Espíritu, tales como el amor, el gozo y la paz, estamos sembrando para el Espíritu. La cosecha será vida eterna.

No nos cansemos de hacer el bien

El versículo 9 concluye con una exhortación: "No nos cansemos de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos".

Hacer el bien puede ser difícil y desalentador, especialmente cuando no vemos resultados inmediatos. Sin embargo, debemos perseverar porque la cosecha vendrá. Si no nos desanimamos y continuamos haciendo el bien, cosecharemos las bendiciones de Dios en el momento oportuno.

Preguntas Frecuentes

¿Qué significa "no ser engañado"?

  • Significa no ignorar las consecuencias de nuestras acciones. Dios no puede ser burlado, y cosecharemos lo que sembremos.
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¿Qué significa "sembrar para la carne"?

  • Significa vivir para satisfacer nuestros propios deseos egoístas e ignorar las necesidades de los demás y de Dios.

¿Qué significa "sembrar para el Espíritu"?

  • Significa vivir para obedecer a Dios y permitir que su Espíritu nos guíe.

¿Por qué no debemos cansarnos de hacer el bien?

  • Porque en el momento adecuado cosecharemos una recompensa si no nos rendimos.

¿A quién debemos hacer el bien?

  • A todos los que están a nuestro alcance, especialmente a aquellos que son seguidores de Cristo.

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