¿Es lícito mentir alguna vez?
Un análisis ético cristiano
Desde hace siglos, los cristianos han reflexionado sobre la ética de la comunicación veraz. Dos posturas principales han marcado el debate, pero ninguna ha logrado dar cuenta plenamente de las complejidades del testimonio bíblico.
Postura 1: La mentira como comunicación contraria al amor al prójimo
Esta postura sostiene que la comunicación veraz es aquella que preserva la confianza en las relaciones y que mentir es traicionar dicha confianza.
Postura 2: La mentira como comunicación contraria a lo que se piensa o se sabe
Esta postura afirma que la comunicación veraz es aquella que se alinea con los pensamientos y el conocimiento del hablante, y que mentir es comunicar algo que se sabe que no es cierto.
Ambas posturas tienen sus méritos, pero ninguna reconoce que la verdad en la comunicación no se puede entender completamente sin referencia a Dios.
Una solución teocéntrica
La Biblia presenta un enfoque teocéntrico de la comunicación veraz. La verdad no es un concepto abstracto, sino una cualidad inherente a Dios mismo. Mentir, por lo tanto, no es simplemente traicionar a los demás o desviarse de nuestros pensamientos, sino ante todo actuar en infidelidad hacia Dios.
Esta postura teocéntrica subordina las posturas tradicionales, pero no las descarta. El amor al prójimo y la coherencia interna pueden servir como principios reguladores que guían nuestra comunicación veraz en la mayoría de las situaciones. Sin embargo, cuando la Palabra de Dios indica lo contrario, debemos seguirla, ya que el principio primario de fidelidad a Dios prevalece sobre los principios reguladores.
En la Biblia, la obligación de comunicar la verdad tiene dos dimensiones: vertical (en relación con Dios) y horizontal (en relación con los demás). La comunicación veraz implica fidelidad a Dios de manera incondicional y a los demás de manera condicional, según afecte a nuestra fidelidad a Dios.
El Dios que es verdad
La ética, en esencia, es un asunto de adoración. Podemos adorar a Dios o a una forma del mal, pero la verdad no es un dios en sí mismo. La verdad es una propiedad de Dios, y nuestra comprensión de ella debe centrarse en la revelación de Dios sobre sí mismo. La comunicación veraz surge de nuestra fidelidad a Dios, mientras que la mentira proviene de la infidelidad.
Entender la ética de la comunicación veraz desde una perspectiva teocéntrica revela la complejidad y simplicidad paradójica de la ética revelada por Dios. Es una ética coherente, absoluta y universal, pero también contraria a las expectativas humanas. Sin embargo, es accesible para quienes creen en Dios, suficiente para guiar nuestro discurso y acciones en un mundo caído y falible.
¿Es siempre correcto mentir?
Según la perspectiva cristiana, mentir es comunicarse de manera contraria a Dios, es decir, no alinear las palabras con lo que uno piensa o sabe. Esto se debe a que el estándar de verdad es Dios, que es Verdadero y no puede mentir.
¿Qué dice la Biblia sobre mentir?
La Biblia reconoce que a veces se miente para engañar a personas malas, pero esto no se considera una acción moralmente correcta. En estos casos, Dios ajusta su comunicación para adaptarse a la condición de aquellos a quienes se dirige.
¿Cuál es el propósito de la ética de la verdad?
La ética de la verdad tiene como objetivo definir lo que significa comunicar y ser verdadero de acuerdo con el carácter de Dios. Esto se fundamenta en la fidelidad a Dios, que es la Verdad misma, y se regula mediante principios como el amor al prójimo y la coherencia con el pensamiento propio.
¿Cómo se resuelve la tensión entre las posiciones tradicionalmente aceptadas sobre la verdad?
Las posiciones tradicionalmente aceptadas ven la mentira como algo contrario al amor al prójimo o como algo contrario al pensamiento propio. Sin embargo, una posición teocéntrica considera que la mentira es comunicarse en contra de Dios. Esta posición subordina las posiciones tradicionales, reconociendo que el amor al prójimo y la autoconsistencia pueden ser principios reguladores que indican lo que normalmente requiere la comunicación fiel, pero que el principio principal de coherencia con Dios mismo anula estos principios reguladores cuando la palabra de Dios lo indica.
¿Cuál es la relación entre la ética de la verdad y la adoración a Dios?
La ética es, en esencia, una cuestión de adoración, ya que uno puede adorar a Dios o al diablo. La comunicación verdadera está en consonancia con Dios, mientras que la comunicación falsa está en consonancia con el infierno. La fidelidad a la verdad última requiere infidelidad a la falsedad última.