¿Eres un Predicador Crítico?

Diez Críticas a la Predicación de John Piper

¿Alguna vez has recibido críticas sobre tu predicación? Como pastor, es crucial recibir críticas para mejorar y crecer. El pastor John Piper, quien ha predicado miles de sermones a lo largo de su ministerio, ha compartido algunas de las críticas que ha recibido y cómo ha respondido a ellas.

1. "Eres Demasiado Fuerte"

Piper reconoce que su esposa le comentó que bajaba la voz al final de las frases, lo que dificultaba que las personas escucharan sus conclusiones. Al darse cuenta de esto, trabajó para mejorar su proyección vocal y asegurarse de que su mensaje se transmitiera con claridad.

2. "No Mantienes el Contacto Visual con Todos"

Los miembros de la congregación señalaron que Piper tendía a enfocar su mirada en ciertas áreas de la sala, dejando a otros sintiéndose ignorados. Al prestar atención a este comentario, Piper se esforzó por hacer contacto visual con todos los presentes, creando una conexión más personal durante sus sermones.

3. "Usas Demasiadas Palabras"

La esposa de Piper a menudo le señalaba que usaba ciertas palabras en exceso. Piper reconoció la importancia de encontrar nuevas formas de expresar ideas y evitar el uso repetitivo de palabras que podrían volverse predecibles o aburridas para la audiencia.

4. "Suenas Enojado"

Piper recibió críticas de que sonaba enojado en sus sermones, aunque no era su intención. Para abordar esto, se centró en cultivar la alegría y la humildad en su predicación, creyendo que estas cualidades se traducirían en un tono más positivo y atractivo.

5. "Usas Jerga"

Los miembros de la congregación expresaron que Piper usaba palabras que no conocían, lo que dificultaba su comprensión. Piper hizo esfuerzos conscientes para usar un lenguaje ordinario y evitar términos académicos o técnicos que pudieran alienar a la audiencia.

6. "Tu Predicación es Demasiado Compleja"

Piper reconoció que sus mensajes a veces podían ser difíciles de entender. Se propuso hacer que las verdades complejas fueran más comprensibles utilizando un lenguaje claro y ejemplos prácticos.

7. "Tus Énfasis Están Desproporcionados"

Algunos críticos afirmaron que la predicación de Piper se centraba demasiado en la gloria de Dios y temas calvinistas, descuidando otros aspectos de la fe cristiana. Piper respondió evaluando cuidadosamente sus énfasis y asegurándose de que su mensaje estuviera equilibrado y representara fielmente las enseñanzas de las Escrituras.

8. "No Aplicas lo Suficiente"

Piper recibió comentarios de que sus sermones carecían de aplicaciones prácticas a situaciones de la vida real. Aunque se defendió diciendo que trataba de hacer que la exposición en sí misma fuera relevante, reconoció la importancia de proporcionar aplicaciones específicas para ayudar a los oyentes a conectar el mensaje con sus propias vidas.

9. "Predicas Demasiado Tiempo"

Piper entendió que la longitud de sus sermones podía ser un problema. Consideró factores como la resistencia de los oyentes y las limitaciones prácticas, como la disponibilidad de guardería y el flujo de estacionamiento. Sin embargo, mantuvo que se sentía desafiado a predicar fielmente y encontró que los miembros de su congregación generalmente apreciaban los mensajes más largos.

Preguntas frecuentes sobre las críticas a la predicación de John Piper

¿Cuáles son algunas de las críticas que John Piper ha recibido por su predicación?

  • Volumen excesivo
  • Tono descendente al final de las frases
  • Falta de contacto visual con partes de la congregación
  • Uso excesivo de palabras
  • Sonido de enfado
  • Uso de jerga
  • Mensajes demasiado complejos
  • Énfasis desproporcionados
  • Falta de aplicación
  • Sermones demasiado largos
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¿Cómo ha respondido John Piper a estas críticas?

John Piper ha respondido a estas críticas de las siguientes maneras:

  • Volumen excesivo: Se esforzó por variar su volumen y tono, y asegurarse de que sus expresiones fueran auténticas y apropiadas para el texto y la audiencia.
  • Tono descendente al final de las frases: Trabajó para superar este mal hábito a través de la práctica y la retroalimentación.
  • Falta de contacto visual con partes de la congregación: Se esforzó por mirar a todas las partes de la congregación durante sus sermones.
  • Uso excesivo de palabras: Se hizo consciente de este problema y trabajó para encontrar formas más frescas de expresar sus ideas.
  • Sonido de enfado: Se centró en llenarse de alegría y asombro para evitar sonar enfadado.
  • Uso de jerga: Intentó utilizar un lenguaje ordinario y explicar los términos técnicos cuando fuera necesario.
  • Mensajes demasiado complejos: Trabajó para hacer que los conceptos complejos fueran comprensibles mediante el uso de un lenguaje claro.
  • Énfasis desproporcionados: Revisó sus sermones para asegurarse de que sus énfasis se alineaban con las enseñanzas de las Escrituras.
  • Falta de aplicación: Reconoció que podría mejorar en esta área y sugirió que sus sesiones de "Pregunte al pastor John" podrían ser una forma de brindar aplicaciones prácticas.
  • Sermones demasiado largos: Consideró varios factores, como la resistencia de su congregación y las limitaciones de tiempo, para determinar la duración adecuada de los sermones.

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