El Tribunal de Dios y la Importancia de Amar a Tu Hermano

El Juzgar y Menospreciar a los Hermanos

La Biblia nos enseña que compareceremos ante el tribunal de Dios para rendir cuentas de nuestras acciones. Por lo tanto, Pablo nos exhorta a no juzgar ni menospreciar a nuestros hermanos en la fe, ya que todos seremos juzgados por Dios.

El Juicio Final

Según el testimonio de la Escritura, todos compareceremos ante el trono de Dios y cada rodilla se doblará y cada lengua confesará a Dios. Cada uno de nosotros dará cuenta de sí mismo.

El Mandamiento Prohibitivo

Pablo nos manda a no juzgar ni menospreciar a nuestros hermanos. Debemos evitar criticarlos sin amor fraternal o tratarlos como incrédulos debido a diferencias no esenciales.

La Explicación

El juicio de Dios es un poderoso recordatorio para abstenernos de juzgar a los demás. Todos seremos juzgados según nuestras obras, y la forma en que tratamos a nuestros hermanos mostrará si verdaderamente hemos confiado en Cristo y recibido su misericordia.

El Mandamiento Activo

En lugar de juzgarnos unos a otros, Pablo nos llama a amar a nuestros hermanos. Debemos tomar la decisión de no poner obstáculos o tropiezos en su camino hacia el cielo.

Recordar el juicio final y la importancia de amar a nuestros hermanos nos ayuda a evitar caer en el juicio y el menosprecio. En cambio, debemos mostrar afecto fraternal y ayudar a nuestros hermanos a llegar al cielo.

Preguntas frecuentes

¿Por qué es esencial evitar juzgar o menospreciar a nuestros hermanos?

Porque todos compareceremos ante el tribunal de Dios y daremos cuenta de nuestras acciones.

¿Qué significa "Dar cuenta de sí mismo ante Dios"?

Significa que cada uno de nosotros será responsable ante Dios por nuestras propias acciones y decisiones.

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¿Qué es el "Tribunal de Dios"?

Es el lugar donde todos los seres humanos serán juzgados por sus obras.

¿Cuáles son las consecuencias de no amar a nuestros hermanos?

Podría obstaculizar su camino al cielo, causarles tropiezos y, en el peor de los casos, conducir a su destrucción.

¿Qué debemos hacer en lugar de juzgarnos unos a otros?

Tomar la decisión de no poner tropiezos u ocasiones de caer a nuestros hermanos, es decir, amarlos y ayudarlos en su camino hacia el cielo.

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