¡El Señor, nuestro refugio inquebrantable!
La soberanía del Señor: un motivo de temor para las naciones
En el Salmo 99, el salmista proclama la majestad y el poderío del Señor. Ante su presencia, las naciones tiemblan, pues su trono está establecido sobre los querubines, seres celestiales que representan su gloria. El salmista exhorta a los pueblos a reconocer la grandeza de Dios en Sion, donde reside su santuario.
El carácter santo y justo del Señor
El Señor es alabado por su santidad y justicia. Su nombre es grande y temible, pero también digno de reverencia. El salmista enfatiza que el trono del Señor está fundado en la equidad y la rectitud. Él administra justicia y juzga con imparcialidad, estableciendo un orden justo entre su pueblo.
Los intercesores de Israel: un testimonio de la fidelidad de Dios
El salmista recuerda a Moisés, Aarón y Samuel como ejemplos de intercesores que confiaron en el Señor. En los momentos de crisis, clamaron a Dios, y él respondió a sus oraciones. A través de la columna de nube, el Señor se comunicó con ellos, guiándolos y protegiéndolos. Su fidelidad se manifestó no solo en su respuesta a las oraciones, sino también en su capacidad de perdonar sus pecados, mientras que al mismo tiempo castigaba sus malas acciones.
Una invitación a adorar al Señor
El salmista concluye el salmo exhortando al pueblo a exaltar al Señor y adorarlo en su monte santo. El Señor, nuestro Dios, es santo y digno de toda alabanza. Su justicia y fidelidad son inmutables, y su presencia es nuestro refugio y fortaleza en medio de las tormentas de la vida.
Preguntas frecuentes sobre el Salmo 99: La fidelidad del Señor hacia Israel
¿Quién reina sobre todos los pueblos?
El Señor reina sobre todos los pueblos, y su trono está establecido entre los querubines (versículo 1).
¿Por qué deben temblar los pueblos?
Los pueblos deben temblar porque el Señor es grande y su reino es inamovible (versículo 1).
¿Qué debemos hacer para exaltar al Señor?
Debemos exaltar al Señor, nuestro Dios, adorándolo a sus pies, porque él es santo (versículo 5).
¿Quiénes fueron los sacerdotes que intercedieron por el pueblo de Israel?
Moisés, Aarón y Samuel fueron sacerdotes que intercedieron por el pueblo de Israel y llamaron al Señor (versículo 6).
¿Cómo respondió el Señor a las oraciones de su pueblo?
El Señor respondió a las oraciones de su pueblo a través de la columna de nube, y les dio sus testimonios y ordenanzas (versículo 7).
¿Cómo se manifestó la misericordia del Señor hacia su pueblo?
El Señor se reveló como un "Dios-que-perdona" hacia su pueblo, aunque también castigó sus malas acciones (versículo 8).
