El Resucitado Vive: Paz, Poder y Propósito

Paz Inquebrantable

En la noche del primer día de la semana, cuando los discípulos se refugiaban a puerta cerrada por temor a los judíos, Jesús apareció entre ellos y les dijo: "Paz a vosotros". Al pronunciar estas palabras, les mostró sus manos y su costado. El corazón de los discípulos se llenó de alegría al verlo. Jesús repitió: "Paz a vosotros. Como el Padre me envió, así también yo os envío".

La paz que Jesús ofrece no es la ausencia de problemas o conflictos, sino una paz profunda y duradera que proviene de la reconciliación con Dios. A través de su muerte y resurrección, Jesús ha vencido el pecado y ha restaurado nuestra relación con el Padre.

Poder del Espíritu

Después de establecer la paz, Jesús otorgó poder a sus discípulos. Sopló sobre ellos y dijo: "Recibid el Espíritu Santo". El Espíritu Santo es el poder que nos capacita para vivir una vida transformada, venciendo nuestras debilidades y extendiendo el Reino de Dios.

El Espíritu Santo nos da:

  • Poder para resistir la tentación
  • Amor para amar a nuestros semejantes
  • Sabiduría para tomar decisiones acertadas
  • Fortaleza para enfrentar las pruebas

Propósito Definido

Finalmente, Jesús reveló el propósito de sus discípulos: "Como el Padre me envió, así también yo os envío". Nos ha encomendado la misión de llevar su paz y verdad al mundo. Como sus embajadores, debemos reflejar su carácter, compartir su mensaje y extender su reino.

El propósito de nuestras vidas se encuentra en servir a Dios y a los demás, utilizando los dones y talentos que nos ha dado. En la paz de Dios, con el poder del Espíritu Santo, podemos cumplir el propósito para el que hemos sido creados.

El Perdón y la Fe

Jesús también enseñó que el perdón juega un papel crucial en la extensión de su paz. Dijo: "Si perdonáis los pecados a alguno, le serán perdonados; si a alguno se los retenéis, le serán retenidos".

Como embajadores de Cristo, debemos estar dispuestos a perdonar a quienes nos han hecho daño. A medida que compartamos la verdad del evangelio, el Espíritu Santo convencerá a las personas de sus pecados y las guiará hacia el perdón y la reconciliación con Dios.

En resumen, el Cristo resucitado nos ofrece paz, poder y propósito. A través de su paz, encontramos reconciliación con Dios. Con su poder, vivimos vidas transformadas. Y en su propósito, descubrimos el significado y la plenitud.

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