El Poder Sanador de Jesús: Historias de Fe y Milagros
La Curación de un Leproso
Un día, mientras Jesús descendía de la montaña, se le acercó un hombre con lepra. Este era un hombre marginado y temido por su enfermedad contagiosa. Sin embargo, el leproso se postró ante Jesús y le suplicó: "Señor, si quieres, puedes sanarme". Conmovido por su fe, Jesús extendió su mano y lo tocó, diciendo: "Quiero. Sé sano". Al instante, la lepra desapareció, y el hombre fue sanado.
El Centurión de Fe
En otra ocasión, cuando Jesús regresó a Capernaum, un centurión romano se acercó a él con una petición. El sirviente del centurión estaba postrado en cama, paralizado y con un intenso dolor. El centurión, aunque no era judío, tenía gran fe en Jesús y le pidió que sanara a su sirviente.
Jesús le respondió: "Iré y lo sanaré". Pero el centurión, con humildad, dijo: "Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Solo di una palabra, y mi sirviente será sano. Porque yo también estoy bajo autoridad, y tengo soldados bajo mi mando. Digo a uno: 'Ve', y va; y a otro: 'Ven', y viene; y a mi siervo: 'Haz esto', y lo hace".
Jesús se maravilló de su fe y le dijo: "Ve, y según tu fe te sea hecho". En ese mismo instante, el sirviente fue sanado.
La Curación de la Suegra de Pedro
Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, encontró a su suegra con fiebre alta. Tomó su mano y la fiebre desapareció. Inmediatamente, ella se levantó y preparó comida para Jesús. Al anochecer, muchos endemoniados fueron llevados a Jesús, y él expulsó los malos espíritus con una sola orden y sanó a todos los enfermos.
La Calma de la Tempestad
Un día, Jesús y sus discípulos zarparon hacia el otro lado del lago. De repente, una tormenta se desató, con olas que azotaban el barco. Los discípulos entraron en pánico y despertaron a Jesús. Él se levantó y reprendió al viento y las olas, y de inmediato, todo quedó en calma.
Preguntas frecuentes
¿Qué importancia tiene la fe en la curación de Jesús?
- La fe es esencial para la curación. Jesús sanó al leproso porque tuvo fe en que podía ser sanado. El centurión también tuvo fe en que Jesús podía sanar a su siervo sin siquiera verlo.
¿Cómo debemos responder a la Palabra de Dios?
- Debemos creer en su palabra y obedecerla. Cuando Jesús sanó a la suegra de Pedro, cumplió la profecía de Isaías de que él "tomó nuestras enfermedades y quitó nuestras dolencias". Esto nos enseña que podemos confiar en que Dios cumplirá sus promesas.
¿Qué devo hacer si quiero seguir a Jesús?
- Debemos seguir a Jesús incondicionalmente, incluso cuando implique sacrificios. El discípulo que quería enterrar primero a su padre fue instruido a seguir a Jesús sin demora. También debemos estar dispuestos a dejar atrás nuestras posesiones y comodidades para seguirlo.
¿Cómo debemos responder a las tormentas de la vida?
- Debemos confiar en Jesús, incluso cuando las cosas se pongan difíciles. Los discípulos estaban aterrorizados durante la tormenta, pero Jesús los calmó y demostró su poder sobre los elementos. Debemos confiar en que Dios está con nosotros y que nos ayudará a superar cualquier tormenta que enfrentemos.
¿Cómo debemos ver el poder de Jesús sobre los demonios?
- Los demonios son reales y poderosos, pero Jesús tiene autoridad sobre ellos. Expulsó a los demonios de los hombres en Gadara y demostró que es más poderoso que cualquier fuerza del mal. Esto nos brinda esperanza y protección contra las fuerzas de la oscuridad.