El Llamado Imperioso: Predica la Palabra
La Autoridad de la Palabra de Dios
El apóstol Pablo, en 2 Timoteo 3:16-17, afirma que "Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra". Esta Escritura, inspirada por Dios, es la base del mensaje que debemos predicar.
El Mandato de Predicar
En 2 Timoteo 4:2, Pablo exclama: "Predica la Palabra". Este mandato es enfatizado por cinco intensificadores:
- "Te encargo solemnemente"
- "Delante de Dios"
- "Y de Jesucristo"
- "Que juzgará a los vivos y a los muertos"
- "Por su manifestación y su reino"
Esta solemne advertencia subraya la importancia de predicar la Palabra fielmente, ya que seremos responsables ante Cristo en su venida.
La Naturaleza de la Predicación
Predicar no es simplemente enseñar o explicar. Es proclamar la verdad de Dios como un heraldo, exaltando su gloria y maravilla. Esta predicación debe ser:
- Expositiva: Fiel a la Palabra de Dios, sin distorsiones ni manipulaciones.
- Exultante: Vibrante y apasionada, transmitiendo el valor y la belleza de la verdad.
La Necesidad de la Predicación
La predicación es esencial porque:
- La verdad de Dios merece ser exaltada y celebrada.
- Nuestros corazones anhelan escuchar la verdad de una manera que despierte admiración y devoción.
Martin Luther afirmó: "Si hoy pudiera convertirme en rey o emperador, no renunciaría a mi cargo como predicador".
El Llamado a Predicar
Si eres un pastor, el llamado a predicar la Palabra es solemne. Enfrenta tentaciones y tribulaciones, pero recuerda el mandato de Pablo: "Predica la Palabra". Que tu predicación sea expositiva y exultante, dando vida a las Escrituras y guiando a tu congregación a una relación más profunda con Dios.
Preguntas Frecuentes
¿Qué es "la Palabra" a la que se refiere el texto?
"La Palabra" es la Escritura inspirada por Dios, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
¿Qué significa "predicar" la Palabra?
Predicar no es simplemente enseñar o explicar, sino anunciar y exaltar la Palabra con pasión y asombro.
¿Por qué es crucial predicar la Palabra?
Porque el tema de la Palabra es de suma importancia (Dios, salvación, juicio) y porque nuestros corazones anhelan que la verdad se nos presente de una manera que resalte su valor.
¿Cómo debería ser la predicación?
La predicación debe ser "exposición exultante", es decir, una explicación precisa de la Palabra de Dios acompañada de alegría y entusiasmo.
¿Por qué es importante que la predicación sea expositiva?
Porque la verdad debe manejarse con precisión y el corazón humano necesita la verdad para florecer.