El Llamado a la Gloria de Dios en la Predicación
La Supremacía de Dios en la Predicación
La esencia de la predicación reside en la supremacía de Dios. Su objetivo es exaltar su nombre y su soberanía, tanto en el púlpito como en las palabras del predicador. El mensaje central debe ser la libertad y el poder de su gracia, mientras que el tema unificador debe ser su celo por su propia gloria.
El Objetivo de la Predicación: Restaurar el Reinado de Dios
El propósito final de la predicación, según Cotton Mather, es "restaurar el trono y el dominio de Dios en las almas de los hombres". Esto implica proclamar la buena nueva de que Dios reina y que su gobierno legítimo debe ser reconocido y obedecido. Sin embargo, el verdadero objetivo va más allá de la mera sumisión, apuntando a una sumisión alegre y gozosa.
La Gloria de Dios y el Gozo Humano
La gloria de Dios se refleja plenamente no en la sumisión forzada, sino en la aceptación voluntaria de su autoridad. La predicación debe enfatizar que la sumisión al reino de Dios es un deleite, un tesoro que trae gozo y satisfacción. Cuando la sumisión se convierte en un placer, el reino se percibe como un tesoro y la gloria de Dios resplandece en toda su belleza.
La Armonía entre la Gloria de Dios y la Satisfacción Humana
La maravilla del evangelio radica en la armonía entre la pasión de Dios por ser glorificado y el anhelo humano de satisfacción. La gloria de Dios se manifiesta plenamente cuando los seres humanos encuentran su satisfacción en Él. La predicación debe proclamar esta verdad, demostrando que el gozo de los que creen en Dios resuena con su gloria, llenando el mundo con su esplendor.
Preguntas Frecuentes
H3. ¿Cuál es el objetivo principal de la predicación?
El objetivo de la predicación es restaurar el trono y el dominio de Dios en las almas de los hombres, lo que significa llevar a las personas a la sumisión alegre a la autoridad de Dios.
H3. ¿Por qué Dios quiere que las personas se sometan a su autoridad?
Porque quiere mostrar su gloria y que su nombre sea honrado y vindicado. La gloria de Dios se refleja plenamente en la sumisión alegre a su autoridad, no en la simple obediencia forzada.
H3. ¿Cómo glorifica Dios a las personas?
Satisfaciendo sus anhelos más profundos. La gloria de Dios y la satisfacción humana no están en conflicto; se encuentran en armonía cuando las personas encuentran deleite en la gloria de Dios.
H3. ¿Cuál es el papel del placer en la sumisión a Dios?
Cuando el reino de Dios se ve como un tesoro, la sumisión se convierte en un placer. Hasta que la sumisión sea vista como placentera, el gobierno de Dios no será percibido como valioso ni glorioso.
H3. ¿Cómo reconcilia la predicación la autoridad de Cristo con la gloria de Dios?
Al proclamar la gloria de Dios brillando en el rostro de Cristo en el evangelio. La verdadera sumisión a Cristo surge del deleite en su gloria, que se refleja en la satisfacción de las personas en él.