El juicio de Dios: ¿Por qué juzgamos a los demás?
El llamado a la unidad
En Romanos 14, el apóstol Pablo nos exhorta a no juzgar ni despreciar a nuestros hermanos en Cristo por asuntos triviales como la comida, la bebida o los días de fiesta. Estas diferencias no deben dividirnos, sino unirnos en amor.
El juicio venidero
Pablo enfatiza que todos compareceremos ante el tribunal de Dios, donde daremos cuenta de nuestras acciones. No debemos juzgar a los demás, porque Dios juzgará a cada uno según sus obras (Romanos 14:10-12).
El amor como guía
En lugar de juzgar, Pablo nos insta a amar a nuestros hermanos. Debemos evitar cualquier acción que pueda causarles tropiezo o dificultar su camino hacia el cielo (Romanos 14:13).
El peligro del juicio
Pablo advierte que juzgar y despreciar a los demás puede destruir a aquellos que profesan fe en Cristo. Debemos cuidar nuestras palabras y acciones, asegurándonos de promover la unidad y el amor (Romanos 14:15-20).
El juicio de Dios nos recuerda que debemos vivir en humildad y amor, evitando juzgar a los demás. En cambio, debemos centrarnos en amarnos unos a otros y ayudarnos mutuamente en nuestro camino hacia el cielo.
Preguntas Frecuentes:
¿Por qué es importante evitar juzgar a los hermanos en la fe?
Porque todos compareceremos ante el juicio de Dios y rendiremos cuentas por nuestras acciones, incluyendo la forma en que tratamos a los demás.
¿Qué significa "despreciar" a un hermano?
Tratarlo con menosprecio o considerar que no es un verdadero creyente debido a sus opiniones sobre asuntos no esenciales.
¿Cómo podemos evitar ser críticos con los hermanos que tienen creencias diferentes?
Manteniendo un afecto fraternal, reconociendo que todos estamos llamados a dar cuenta de nuestras acciones a Dios y que nuestra salvación no depende de nuestro acuerdo en asuntos menores.
¿Cómo podemos mostrar amor a nuestros hermanos a pesar de nuestras diferencias?
Decidiendo no poner obstáculos en su camino hacia el cielo y ayudándolos a crecer en su fe en lugar de crear divisiones.