El Hogar Eterno: Preparándonos para un Futuro Glorioso

La Esperanza de una Morada Celestial

Mientras habitamos en nuestros cuerpos terrenales, podemos sentirnos cansados y anhelar un lugar mejor. La Biblia nos da esperanza al revelar que tenemos una morada eterna en el cielo, un hogar que no está construido por manos humanas sino por Dios mismo. Esta morada es indestructible y vivirá para siempre.

El Anhelo de la Presencia de Dios

En esta vida, a menudo nos sentimos insatisfechos y anhelamos algo más. Mientras estamos en nuestros cuerpos físicos, podemos sentirnos separados de Dios. Pero tenemos un anhelo profundo de estar en su presencia, de experimentar su amor y su paz. Esta es la razón por la que anhelamos nuestra morada celestial, donde podremos estar completamente unidos a Dios.

La Transformación a Través de la Fe

El proceso de transformación para prepararnos para nuestra morada celestial comienza en esta vida. Cuando recibimos a Jesús como nuestro Salvador, nacemos de nuevo y recibimos el Espíritu Santo, que es un anticipo de lo que está por venir. Mientras vivimos nuestra fe, nuestro carácter y nuestra vida se transforman gradualmente a la imagen de Cristo.

El Ministerio de Reconciliación

Nuestra preparación para el hogar eterno también implica compartir la buena noticia de Jesús con los demás. Tenemos la responsabilidad de reconciliar a las personas con Dios, proclamando su amor y misericordia. Cuando ayudamos a otros a recibir a Cristo, estamos ayudando a prepararlos para su propia morada celestial.

El Juicio Final

La Biblia nos enseña que todos enfrentaremos el juicio final. Allí, seremos juzgados por nuestras acciones y palabras en esta vida. Los que hayan confiado en Jesús por salvación heredarán la vida eterna en el hogar celestial. Los que lo hayan rechazado experimentarán separación eterna de Dios.

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El hogar eterno en el cielo es un regalo maravilloso que Dios ha preparado para sus hijos. Mientras vivimos en la tierra, debemos anhelar esta morada y prepararnos para ella a través de la fe, la transformación y el servicio a los demás. El día que salgamos de nuestro cuerpo terrenal, entraremos en la presencia de Dios y experimentaremos la alegría y la gloria de nuestro hogar eterno.

Preguntas Frecuentes

¿Qué sucede cuando morimos?

  • Tendremos un cuerpo eterno en el cielo, no hecho por manos humanas (v. 1).

¿Por qué anhelamos nuestro cuerpo celestial?

  • Porque anhelamos estar completamente vestidos y no desnudos (v. 3).

¿Cómo podemos estar seguros de que tenemos un cuerpo celestial?

  • Dios nos ha dado el Espíritu Santo como garantía de lo que está por venir (v. 5).

¿Cómo debemos vivir en la tierra?

  • Confiando en la fe, no en lo que vemos (v. 7).
  • Apuntando a agradar a Dios, tanto en presencia como en ausencia física (v. 9).

¿Por qué debemos temer al Señor?

  • Porque sabemos que debemos rendir cuentas por nuestras acciones ante su tribunal (v. 10).

¿Cuál es el propósito de la reconciliación?

  • Reconciliar al mundo con Dios, no contando los pecados contra ellos (v. 19).

¿Quiénes son embajadores de Cristo?

  • Los que proclaman el mensaje de reconciliación, como si Dios estuviera hablando a través de ellos (v. 20).

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