El Gozo Contagioso en un Mundo Insaciable

Interactúa con Amor y Testifica con Alegría

Al reunirnos con nuestros seres queridos no creyentes en esta época festiva, muchos tendremos un estrecho contacto con ellos. El apóstol Pablo nos exhorta: "Estando muy deseosos de veros, quisimos ir a vosotros, y una y otra vez lo procuramos, pero Satanás nos lo impidió" (1 Tesalonicenses 2:18). Nuestro testimonio no debe limitarse a transmitir información, sino a demostrar que Dios tiene el poder de salvar y transformar a los pecadores. Nuestro tiempo juntos proclamará que Dios es nuestra única esperanza o sutilmente predicará otro evangelio.

Dios Satisface los Anhelos más Profundos

Nuestro testimonio también debe servir como una invitación viva para todos, dando fe de la capacidad soberana de Dios para satisfacer los anhelos más profundos del corazón humano: "Sacia al alma sedienta, y llena de bien al alma hambrienta" (Salmo 107:9). Nuestro tiempo juntos declarará que Dios es suficiente para nosotros o contará otra historia sobre nuestra felicidad.

Evita las Murmuraciones y Exhibe Gratitud

Vivimos en un mundo que nos deja constantemente anhelando más. Esto lleva a la frustración e insatisfacción en nuestros trabajos, amistades y matrimonios. Al nunca tener suficiente, nos sentimos con derecho a murmurar y quejarnos. Protestar por las cosas que no tenemos surge con demasiada naturalidad y, con el tiempo, envenena el alma.

Como los israelitas que murmuraron mientras vagaban por el desierto, tendemos a menospreciar los dones de Dios y a olvidar rápidamente su increíble provisión. Es fácil perder de vista todo lo que Dios ha hecho y está haciendo ahora mismo en nuestras vidas. Cuando nos desahogamos con ira, menospreciamos su gracia y lo hacemos parecer tacaño con sus dones.

Tristemente, esta actitud tiende a extenderse, afectando negativamente a quienes nos rodean. Lleva a otros a suponer que Dios no provee ni cuida adecuadamente de sus hijos. Les dice a todos los que anhelan más que busquen satisfacción en otro lugar. En lugar de una fe magnética que atraiga a la gente a su verdad, puede alejar a otros.

Declara la Bondad de Dios y Contagia Alegría

Como aquellos que encuentran sus necesidades más profundas satisfechas en Cristo, debemos ver esta festividad como una oportunidad para compartir el evangelio. Si bien existen tentaciones en cada esquina de enfocarnos en lo que no tenemos, el Espíritu nos recuerda que debemos centrarnos en su fidelidad. Tenemos una ventana única para agradecer públicamente y alabar a Dios como el dador de todo don bueno y perfecto (Santiago 1:17). Esto magnifica su valor como un dador sabio y amoroso de buenos dones, en lugar de calumniarlo por todas las cosas que desearíamos que fueran diferentes.

Cuando expresamos un sincero agradecimiento por las innumerables bendiciones de Dios, exponemos poderosamente una sensación de satisfacción en él. Este tipo de alegría es contagiosa y atrae a otros a su agradecimiento y felicidad. Cuando otros ven un genuino deleite en Dios y en lo que sea que él haya provisto, son invitados de manera atractiva al intenso y duradero placer que tenemos en él.

Agradece en Todas las Circunstancias

Declarar la bondad de Dios en toda la vida es vital para la evangelización. Nuevamente, Pablo nos advierte: "Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes" (Efesios 4:29). Nuestra postura de gratitud está destinada a brindar esperanza, no desesperación o división. En lugar de usar nuestras palabras para derribar, nuestras palabras están destinadas a alentar a otros y atraer al mundo al evangelio de gracia de Dios.

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Primera Tesalonicenses 5:18 nos llama a "dar gracias en todo". Algunos de nosotros podemos sentir que tenemos poco por qué estar agradecidos, pero esa no es razón para dejar de agradecer a Dios. Practicar la gratitud cuando tenemos poco a menudo trae la mayor alegría, porque nos recuerda las riquezas infinitas que sí tenemos, independientemente de nuestras circunstancias.

Dar gracias a Dios no solo destaca su capacidad de proveer, sino que también subraya su inigualable generosidad (Mateo 7:7-11). Nuestras palabras deben edificar, dar vida e invitar al mundo a venir y disfrutar de las bendiciones de Dios con nosotros. Tratemos esta festividad como una ocasión para declarar a Dios como el dador de todo don bueno y perfecto. El mundo, y tu familia, están escuchando.

Preguntas Frecuentes

¿Cuál es el papel del testimonio personal en la evangelización?

Según el apóstol Pablo, nuestro testimonio debe ir más allá de transmitir información y convertirse en una prueba viviente de la capacidad de Dios para salvar y transformar a los pecadores (1 Tesalonicenses 2:8).

¿Cómo puede nuestro agradecimiento reflejar la suficiencia de Dios?

Expresar gratitud sincera por las innumerables bendiciones de Dios demuestra un sentido de satisfacción en él. Este tipo de alegría es contagiosa y atrae a otros a su agradecimiento y felicidad (Salmo 34:8).

¿Por qué es importante evitar las quejas en el testimonio?

Las quejas indican que no estamos satisfechos con las provisiones de Dios y pueden generar dudas sobre su capacidad para satisfacer nuestras necesidades. En lugar de eso, debemos enfocarnos en su fidelidad y dar gracias por sus buenos y perfectos regalos (James 1:17).

¿Cómo podemos edificar a otros con nuestro testimonio?

Nuestras palabras deben estar dirigidas a "edificar, según sea necesario, para impartir gracia a los oyentes" (Efesios 4:29). Nuestra postura de gratitud debe brindar esperanza y aliento, no desesperación o división.

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¿Por qué es esencial dar gracias en todas las circunstancias?

Incluso cuando sentimos que tenemos poco por lo cual estar agradecidos, practicar la gratitud nos recuerda las riquezas infinitas que tenemos, independientemente de nuestras circunstancias. Dar gracias destaca la capacidad de Dios para proveer y su incomparable generosidad (Mateo 7:7-11).

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