El Eterno, nuestro Redentor y el Único Salvador

El Verdadero Redentor

En un mundo lleno de incertidumbre, el Señor nos consuela con su promesa de redención (Isaías 43:1). Él nos ha creado y formado, llamándonos por nuestro nombre. No hay nada que temamos porque somos suyos, y su amor nos protege y guía.

En medio de las dificultades, el Señor nos acompaña como un faro en la oscuridad. Cuando las aguas de la adversidad nos amenazan, Él está con nosotros, protegiéndonos de que nos ahoguemos. Cuando el fuego de la tentación nos asedia, no nos consumirá porque Él es nuestro Salvador (Isaías 43:2-3).

La Gracia Incomparable

El Señor nos ha mostrado su gracia incomparable, rescatándonos de la esclavitud del pecado (Isaías 43:4). Nos ha hecho preciosos a sus ojos y nos ha amado incondicionalmente. Tal es su amor que entregó a Egipto, Etiopía y Seba en nuestro lugar.

No debemos temer porque Él está con nosotros. Reúne a sus hijos desde los confines de la tierra, llamándolos por su nombre y declarándolos como suyos (Isaías 43:5-7). El Señor es nuestro creador, nuestra gloria y nuestro hacedor.

El Único Testigo

El Señor es nuestro único testigo (Isaías 43:10-11). Ningún otro puede declarar su verdad o mostrar las obras que Él ha hecho. Él es el único verdadero Dios, antes y después del cual no hay otro. No hay otro salvador aparte de Él.

El Salvador Soberano

El Señor es el soberano que obra según su voluntad (Isaías 43:13). Nadie puede arrebatar a su pueblo de su mano. Él es quien hace todas las cosas, y nadie puede revertir sus decisiones.

El Señor, nuestro Redentor, vendrá a Babilonia y liberará a su pueblo. Destruirá a los caldeos y les enviará como fugitivos (Isaías 43:14-15). Él es el Creador de Israel, su Rey y su Santo.

Un Nuevo Camino

El Señor promete hacer algo nuevo y maravilloso (Isaías 43:18-19). Creará un camino en el desierto y ríos en el páramo. Las bestias del campo le alabarán por estas maravillas, porque Él provee agua en lugares áridos.

El Señor ha creado a su pueblo para que declare su alabanza y sea un testimonio de su gracia. Sin embargo, ellos han olvidado su llamado y lo han cansado con sus pecados (Isaías 43:22-24).

El Perdón de los Pecados

Pero el Señor es un Dios de perdón (Isaías 43:25). Él borra nuestras transgresiones por su propio bien y no recuerda nuestros pecados. Nos invita a recordarle y a declarar nuestro caso ante Él, para que podamos ser absueltos.

El Señor promete purificar a los príncipes del santuario y castigar a los que han pecado contra Él (Isaías 43:28). Pero su pueblo, a quienes ha formado para sí, será vindicado y alabado.

Preguntas Frecuentes

¿Quién es el único Redentor?
R: El Señor, el Creador de Israel (v. 3, 11, 14).

¿Qué promesas hace el Señor a su pueblo?
R: Promete estar con ellos en las dificultades, redimirlos, honrarlos y traerlos de regreso a casa (v. 1-7).

¿Por qué los israelitas no deben temer?
R: Porque el Señor es su Dios, su Salvador, y ha dado su vida por ellos (v. 3).

¿Qué prueba pide el Señor?
R: Que presenten testigos para verificar las profecías pasadas y declarar la verdad de su palabra (v. 9).

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¿Qué hará el Señor por su pueblo?
R: Hará un nuevo camino en el desierto, dará aguas en el desierto y restaurará su honor (v. 16-20).

¿Por qué reprende el Señor a Israel?
R: Porque no lo han invocado, lo han cansado con sus pecados y han descuidado su adoración (v. 22-24).

¿Cómo perdona el Señor los pecados?
R: Borrándolos por su propio bien y no recordándolos (v. 25).

¿Cuál es la responsabilidad de Israel?
R: Contender con el Señor, declarar su caso y reconocer sus pecados (v. 26).

¿Qué consecuencias enfrentarán los líderes de Israel por su pecado?
R: Serán profanados, maldecidos y reprochados (v. 28).

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