¿El entretenimiento nos aleja de Dios?
La tentación constante de la distracción
En esta era digital, el entretenimiento está a nuestro alcance con solo un clic o toque. Sin embargo, ¿estamos conscientes de cómo puede interferir con nuestra vida espiritual?
Estudios muestran que estamos inclinados a revisar las redes sociales cada treinta y un segundos. Cuando nuestros amigos nos aburren, recurrimos a nuestros teléfonos. Cuando nuestra pareja nos molesta, prendemos el televisor. Cuando nuestros profesores son poco interesantes, nos conectamos a Facebook. El entretenimiento se ha convertido en nuestro escape de las minucias de la vida, llevándonos a un mundo de fantasía fácil y adictivo.
Esclavitud del entretenimiento
Si somos honestos, muchos de nosotros hemos caído en la trampa del entretenimiento desenfrenado. Lo hemos utilizado como un mecanismo de escape de la culpa, los conflictos y las ansiedades. Se ha convertido en nuestro refugio seguro, reemplazando la oración y la lectura bíblica como fuentes de consuelo y descanso.
Sin embargo, hemos fallado en reconocer que esta búsqueda incesante de entretenimiento nos ha esclavizado. Nuestro amor por este nuevo amo ha generado sutilmente desdén hacia Dios y renuencia a deleitarnos en Él.
Dos amos incompatibles
En Mateo 6:24, Jesús proclama que cuando nos apoyamos en el entretenimiento para nuestro consuelo, nos alejamos de nuestro Creador. La idea de dos amos es una ilusión. Solo podemos tener uno. Jesús revela una verdad profunda: el amor por uno traerá odio por el otro.
Si dedicamos cantidades excesivas de tiempo, dinero y afecto a algo, incluido el entretenimiento, despreciaremos cualquier cosa que nos aleje de ello. Todos hemos enfrentado la elección entre pasar tiempo en oración y en la Palabra de Dios o en entretenimiento. En esta encrucijada, el regalo totalmente satisfactorio de Jesús se enfrenta a las promesas temporales del entretenimiento. El camino elegido aumenta el odio por el camino descartado.
El camino estrecho hacia Cristo
Cuando optamos por el camino fácil del entretenimiento, plantamos semillas de desdén hacia Cristo. Del mismo modo, cuando elegimos el camino angosto hacia Jesús, sembramos semillas de odio, no solo hacia el entretenimiento sin sentido, sino también hacia todo nuestro pecado interior. Este camino revela que el entretenimiento interminable es un amo cruel que busca consumir nuestra verdadera alegría y alejarnos de Cristo, su fuente.
El verdadero descanso en Cristo
El entretenimiento promete mucho pero entrega poco. No puede satisfacer los anhelos más profundos de nuestros corazones. Buscamos descanso y consuelo, pero el entretenimiento solo ofrece una solución temporal. Cuando despertamos después de horas de atracones de Netflix o desplazamiento en las redes sociales, nuestros problemas persisten.
Perseguir el placer en el entretenimiento es como "perseguir al dragón", una frase que describe la búsqueda continua de una euforia máxima experimentada inicialmente con el uso de drogas. La adicción al entretenimiento es similar. Puede que no tenga los efectos físicos y de salud de las drogas, pero sus consecuencias espirituales son graves.
Perseguimos el entretenimiento sin sentido esperando alivio para nuestras almas, pero en realidad solo promete muerte. Nos distrae del bien supremo y último con un espejismo de felicidad y comodidad.
En Mateo 11:28-30, Jesús invita a todos los cansados y cargados a acudir a Él, prometiendo descanso para nuestras almas fatigadas. Esta promesa es real. En el evangelio, Él cumple su promesa llevando nuestra carga en la cruz para nuestro descanso y alegría en Él.
La victoria en Cristo
Cada vez que buscamos alegría en Dios a través de la oración y la lectura bíblica, nunca hemos sido decepcionados. Hemos sido recordados de sus promesas en el evangelio, nos hemos arrepentido de nuestro pecado y hemos clamado a Dios por consuelo. ¿Han desaparecido todos nuestros problemas? No. Pero nuestra alegría ha sido restaurada, y nuestras almas han sido alimentadas por sus promesas.
Sin embargo, cuando recurrimos al entretenimiento para aliviar nuestras almas, quedamos con ganas y sin satisfacción. Aun así, en esa encrucijada proverbial entre la comunión con Cristo y el entretenimiento frívolo, nos sentimos tentados a elegir el entretenimiento y rechazar a Dios.
Al avanzar por la vida, seremos tentados a seguir entregándonos al entretenimiento y pasar por alto nuestra esclavitud. Algunos seguirán viviendo como esclavos, dándose atracones de entretenimiento y descuidando la nutrición espiritual. Pero no tenemos que vivir en cautiverio.
El evangelio nos da el poder de decir sí a Dios y no al entretenimiento sin fin. Aquí descubrimos la belleza de nuestro Amo maravilloso y nos damos cuenta de que Jesús es mejor. En comunión con Él, experimentamos una alegría duradera que el entretenimiento solo puede prometer pero nunca otorgar.
La próxima vez que nos encontremos en esta encrucijada familiar, aferrémonos a Jesús. Recordemos que Él es nuestro bien supremo. Murió y resucitó para que podamos experimentar comunión con Él, la fuente de alegría que supera con creces cualquier escape que el entretenimiento pueda ofrecer.
¿Cómo puedo saber si estoy esclavizado por el entretenimiento?
Si recurres al entretenimiento como escapatoria de los desafíos de la vida, como la culpa, las relaciones difíciles o el estrés laboral, es posible que estés esclavizado por él.
¿Cómo puedo vencer la esclavitud del entretenimiento?
El evangelio proporciona el poder para decir sí a Dios y no al entretenimiento sin fin. Recuerda que Jesús es tu bien supremo, que murió y resucitó para que puedas experimentar comunión con él, brindándote una alegría suprema que el entretenimiento no puede igualar.
¿Qué alternativas saludables al entretenimiento tengo?
En lugar de recurrir al entretenimiento, busca tu alegría en la oración, la lectura de la Biblia, el arrepentimiento del pecado y la búsqueda de consuelo en Dios. Estas prácticas te brindarán un descanso y una comodidad duraderos que el entretenimiento solo puede prometer.
¿Qué mensaje bíblico respalda la lucha contra la esclavitud del entretenimiento?
En Mateo 6:24, Jesús enseña que no podemos servir a dos amos. Cuando priorizamos el entretenimiento sobre Dios, nos alejamos de nuestro Creador y cultivamos el desprecio hacia él.