El dilema del patriotismo en la vida cristiana
Peregrinos en tierra extranjera
Como cristianos, somos peregrinos y exiliados en la tierra (1 Pedro 2:11; Filipenses 3:20). No nos sentimos completamente en casa porque este mundo está caído y bajo el dominio de Satanás (2 Corintios 4:4). Anhelamos el cielo, donde estaremos libres del pecado y viviremos en la presencia de Dios.
Amor por nuestro hogar terrenal
Sin embargo, Dios quiere que estemos involucrados en el mundo. No debemos retirarnos de la sociedad, sino ser luz y sal (Juan 17:15-19). Esto incluye amar y apreciar nuestros hogares terrenales, ya sean ciudades, estados o países.
El patriotismo como afecto especial
El patriotismo es un afecto especial por nuestra tierra natal, diferente del amor general que tenemos por todas las personas. Se basa en lazos de parentesco, cultura y una historia compartida. Este afecto se refleja en las Escrituras, como en Gálatas 6:10 (amor por los hermanos en la fe) y 1 Timoteo 5:8 (amor por la familia).
El amor "storge"
El escritor C.S. Lewis acuñó el término "storge" para describir este tipo de afecto especial. Es el amor que sentimos por objetos que nos son familiares y queridos, como una manta acogedora o un árbol con valor sentimental. Este amor no es irracional, sino que surge de asociaciones y recuerdos especiales.
Patriotismo nacional
El patriotismo puede extenderse a las naciones. Romanos 13:1 implica que los gobiernos tienen derecho a defender su existencia y preservar su identidad. Por lo tanto, puede haber un lugar apropiado para el patriotismo a nivel nacional.
Los límites del patriotismo
Sin embargo, nuestro patriotismo debe estar siempre subordinado a nuestra lealtad a Cristo (Mateo 22:37-39). No debemos permitir que el amor por nuestra patria nos lleve a la idolatría o a dañar a otros. Debemos recordar que estamos más estrechamente unidos a los hermanos y hermanas en Cristo de otras culturas que a nuestros compatriotas incrédulos.
El dilema de un país cambiante
El patriotismo se vuelve más complejo cuando nuestra patria está cambiando. El amor por las tradiciones y los valores puede entrar en conflicto con los nuevos desarrollos sociales y culturales. Debemos abordar estos conflictos con humildad, buscando valores del reino para guiar nuestras respuestas.
El ordenamiento del amor
Nuestro amor por Dios (ágape) debe ordenar todos nuestros otros amores, incluido nuestro patriotismo. El amor de Dios nos ayuda a mantener nuestros afectos terrenales en su lugar apropiado y nos impide caer en el extremismo o el nacionalismo. Solo el orden de los valores del reino puede evitar los peligros del patriotismo mal dirigido.
Preguntas frecuentes sobre el patriotismo cristiano
¿Qué significa ser un "peregrino" como cristiano?
Respuesta: Como cristianos, somos "peregrinos" en la tierra porque el mundo está caído bajo el dominio del pecado. Anhelamos un hogar en el cielo donde podamos estar libres de pecado y en comunión con Dios.
¿Qué es el patriotismo?
Respuesta: El patriotismo es un amor especial o afecto por nuestra patria, que puede incluir ciudades, estados, regiones o incluso países. Es distinto del amor general que tenemos por toda la humanidad.
¿Es bíblico tener patriotismo?
Respuesta: Sí, la Biblia indica que es permisible tener sentimientos especiales de afecto por aquellos que están cerca de nosotros, como familiares y miembros de nuestro grupo étnico o cultural. Este tipo de amor se conoce como "storge".
¿Cómo conciliamos el patriotismo con nuestro llamado a ser ciudadanos del cielo?
Respuesta: Como ciudadanos del cielo, nuestra lealtad final es a Dios. Sin embargo, podemos expresar gratitud por nuestra patria y sus libertades, reconociendo que son dones de Dios.
¿Cómo resolvemos los conflictos entre nuestro patriotismo y los valores del Reino de Dios?
Respuesta: Debemos priorizar los valores del Reino de Dios, que incluyen el amor, la justicia y la paz. Cuando surgen conflictos, debemos buscar formas de vivir de acuerdo con estos valores, incluso si entran en conflicto con las expectativas de nuestra patria.