El despertar espiritual: El llamado que trae vida
El poder del llamado
Cuando el llamado de Dios resuena en nuestras vidas, no solo es una orden, sino que también viene acompañado del poder para cumplirla. En Efesios 5:14, Pablo exhorta: "Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo". Este versículo encierra un mensaje de esperanza, pues indica que el llamado de Dios trae consigo la capacidad de despertar de nuestra letargo espiritual y renacer a una nueva vida.
Obedeciendo el llamado
Obedecer el llamado de Dios no es algo que podamos lograr por nuestras propias fuerzas. La verdadera obediencia proviene de responder al poder que él nos brinda. Así como Lázaro obedeció la orden de Jesús de salir del sepulcro, nosotros respondemos al llamado de Dios haciendo lo que los vivos hacen. Creamos en su palabra, confiamos en su gracia y vivimos en consonancia con sus mandamientos.
El nuevo nacimiento
La Biblia presenta aparentes paradojas en cuanto al nuevo nacimiento. Nos ordena circuncidar nuestro corazón y crear uno nuevo, pero también afirma que Dios es quien realiza esta obra. Esta dualidad se resuelve comprendiendo que el nuevo nacimiento es un proceso iniciado por el don de vida de Dios, al que respondemos con fe y gratitud.
El poder del Espíritu Santo
El Espíritu Santo juega un papel crucial en el proceso de transformación espiritual. Él es quien crea y convierte, dándonos vida y aliento. Cuando el mandamiento de Dios viene acompañado del poder del Espíritu Santo, produce un genuino despertar y renovación. Respondemos en el poder que este llamado ha generado, permitiendo que ilumine nuestras vidas y nos guíe hacia una nueva existencia en Cristo.
¿Cómo Lázaro obedeció la orden de Jesús de levantarse de entre los muertos?
El mandamiento incluía el poder para generar nueva vida. Lázaro obedeció haciendo lo que la gente viva hace: saliendo de la tumba.
¿Cómo obedecemos la orden de Pablo en Efesios 5:14 de "despertarnos" cuando estamos dormidos espiritualmente?
El llamado de Dios genera el despertar. Respondemos al llamado haciendo lo que la gente despierta haría frente al peligro: levantarnos y salir de nuestro estado espiritual de letargo.
¿Por qué la Biblia presenta paradojas sobre el nuevo nacimiento?
Debemos recibir el don divino de la vida y el aliento para tener un corazón nuevo. Luego, hacemos lo que las personas vivas hacen: clamar a Dios en fe, gratitud y amor.