El bienestar de tu ciudad, tu propio bienestar
Construye, vive y ora
¿Cómo pueden los cristianos prosperar en un mundo que se asemeja a la antigua Babilonia? El profeta Jeremías nos da la respuesta: busca el bienestar de la ciudad en la que vives. Construye una vida, establece raíces y ora por el florecimiento de tu comunidad. Al hacerlo, no solo contribuyes al bien común sino que también encuentras tu propia prosperidad.
Amar a tu prójimo, amar a tu ciudad
El amor al prójimo se extiende al amor por nuestra ciudad. Como dice Jesús, debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Y según Jeremías, amar a nuestra ciudad es una forma de amarnos a nosotros mismos, porque su bienestar se convierte en nuestro bienestar.
No te dejes seducir por el mundo
Si bien debemos involucrarnos en nuestra ciudad, también debemos recordar que somos peregrinos y extranjeros en este mundo. Mantenemos una sana distancia de sus seducciones para servir mejor a nuestras comunidades y atraer a sus ciudadanos hacia la verdadera Jerusalén.
Haz el bien, atrae a los demás
Al vivir vidas ejemplares y hacer el bien, los cristianos se convierten en faros de esperanza en sus ciudades. Nuestros actos de bondad y compasión atraen a otros hacia el Rey que servimos, inspirándolos a buscar el bienestar eterno que trasciende las comodidades materiales.
Preguntas Frecuentes
¿Por qué debemos buscar el bienestar de la ciudad donde vivimos?
Porque Dios nos ha enviado allí para su gloria, y nuestro bienestar está ligado al bienestar de la ciudad.
¿Qué significa buscar el bienestar de la ciudad?
- Construir casas y vivir en ellas, plantar jardines y comer sus frutos.
- Orar por el bienestar de la ciudad, pidiendo que sucedan cosas buenas.
- Preocuparnos por la salud, seguridad, prosperidad y libertad de la ciudad.
¿Debemos ignorar nuestro estatus de exiliados?
No, debemos mantener nuestra orientación de exiliados, recordando que nuestra verdadera ciudadanía está en el cielo.
¿Cómo podemos hacer el bien en la ciudad sin sucumbir a sus atracciones?
Obteniendo nuestros valores de la ciudad celestial y llamando a otros a convertirse en ciudadanos de la Jerusalén celestial.
