El arte perdido de festejar
¿Es posible honrar a Dios en los festines?
En esta era de abundancia culinaria, donde la glotonería parece ser la norma, ¿es necesario siquiera hablar de festejar? Curiosamente, a pesar de nuestros estómagos sobrecargados, el verdadero arte de festejar está en declive. Olvidamos su significado espiritual y nos hemos vuelto indiferentes ante su propósito.
La alegría espiritual de festejar
La Biblia celebra la bondad de la comida y la santidad de los festines. Dios creó un mundo comestible, extendiendo su bendición a comer animales después del diluvio. Sin embargo, más allá de la gracia cotidiana de la comida, existe la gracia especial de un festín.
En el Antiguo Testamento, Dios ordenó días de ayuno y de fiesta. Con el advenimiento de Cristo, los creyentes ya no están obligados a observar los rituales antiguos, pues Cristo es la culminación de todas las fiestas.
Ahora, los cristianos son libres de festejar o no, pero no deben hacerlo de manera que deshonre a Dios. Olvidarlo es profundamente irrespetuoso. Debemos festejar de manera que podamos saborear la bondad sobrenatural de Dios mientras disfrutamos de los sabores naturales.
Festejar no es lo mismo que darse un gusto
Festejar no se trata principalmente de la comida. Es una celebración con Dios de una ocasión específica. La comida y la bebida abundantes complementan nuestro enfoque colectivo para apreciar y disfrutar la bondad de Dios. El corazón del festejo no es la comida en sí, sino el corazón de los participantes. Un verdadero festín es mucho más que comida: es una celebración de la grandeza y la gracia de Dios hacia nosotros en Cristo.
Para los cristianos, festejar no es lo mismo que darse un capricho. No hay nada particularmente cristiano en comer y beber más de lo habitual. Lo que hace que un festín sea un medio de la gracia de Dios para nutrir nuestras almas es celebrar explícitamente a Cristo juntos en fe. Ya sea Acción de Gracias, Pascua, un cumpleaños o un aniversario, cuando festejamos como cristianos, celebramos la generosidad y la bondad de nuestro Creador y Redentor. Festejar en Cristo no es un mero evento físico, sino profundamente espiritual.
Preguntas Frecuentes
¿Qué es el arte perdido del festín?
El arte perdido del festín es el olvidado concepto bíblico de celebrar ocasiones especiales con abundancia de comida y bebida, poniendo a Cristo en el centro de la celebración.
¿Cómo se diferencia un festín cristiano de una simple comida abundante?
Un festín cristiano honra a Dios como el proveedor y Redentor, mientras que una comida abundante se centra en el consumo excesivo y la indulgencia.
¿Por qué es importante preparar un festín?
La preparación adecuada, como el autocontrol en el consumo diario y la planificación centrada en Cristo, permite un disfrute pleno del festín como un medio de gracia.
¿Cómo puedo hacer sagrado un festín?
Para hacer un festín sagrado:
- Planifique con Cristo en el centro
- Comience con una palabra de Dios
- Ofrezca una oración de agradecimiento
- Disfrute de la comida, la bebida y la compañía con gratitud