Descubriendo la Gloria de Cristo: Un Viaje Espiritual
El Engaño de Satanás
Satanás, el enemigo de nuestras almas, ciega las mentes de los incrédulos, impidiéndoles ver la verdad y la belleza del evangelio de Cristo (2 Corintios 4:4). Este engaño se debe a nuestra naturaleza pecaminosa que resiste la supremacía de Dios.
La Claridad en la Naturaleza
Dios ha revelado su gloria en la creación, mostrando su poder, sabiduría y grandeza a través de las estrellas, los relámpagos, los truenos y las majestuosas montañas (Salmos 19:1; Romanos 1:20-21). Sin embargo, para ver verdaderamente esta gloria como una manifestación de Dios, necesitamos la regeneración del Espíritu Santo.
La Luminosidad de los Evangelios
Los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan fueron escritos por inspiración divina para revelar la gloria de Cristo (Juan 1:14). Estos relatos narran la vida y obra de Jesús, manifestando su gracia y verdad (Juan 2:11). Al creer en Cristo, experimentamos la eliminación del velo que nos impide ver su gloria (2 Corintios 3:16).
Caminos hacia la Visión
Para ver la gloria de Cristo, podemos tomar los siguientes pasos:
-
Renunciar al Amor a la Gloria Humana
Cristo advierte que amar la gloria de los hombres impide la fe (Juan 5:44). Debemos renunciar a este apego y buscar la gloria que proviene solo de Dios.
-
Sumergirse en la Palabra de Dios
La fe se fortalece al escuchar y leer la Palabra de Dios, especialmente los Evangelios (Romanos 10:17). Esta Palabra revela la gloria de Cristo.
-
Volver el Corazón a Cristo
Mientras leemos y escuchamos la Palabra, debemos dirigir nuestros corazones a Cristo, pidiéndole que se revele y nos muestre su verdad y belleza.
-
Orar por Visión
Pablo oró para que los ojos de los corazones de los creyentes fueran iluminados, dándoles esperanza y comprensión (Efesios 1:18). Oremos de manera similar por una visión clara de la gloria de Cristo.