¡Descubre el asombroso poder de la elección de Dios!

La base de nuestra elección

Dios nos ha elegido desde antes de la creación del mundo, según su perfecto conocimiento (1 Pedro 1:2). Esta elección no se basa en nuestros méritos o acciones, sino en el amor y la gracia de Dios.

El papel del Espíritu Santo

El Espíritu Santo juega un papel crucial en nuestra elección, obrando en nuestras vidas para santificarnos (1 Pedro 1:2). Esta santificación nos aparta del pecado y nos hace capaces de vivir una vida agradable a Dios.

El propósito de nuestra elección

Dios nos ha elegido para que sigamos a Jesucristo (1 Pedro 1:2) y seamos rociados con su sangre (1 Pedro 1:2). Esto nos purifica de nuestros pecados y nos da acceso a la vida eterna.

La elección de Dios es un regalo inmerecido que nos brinda esperanza y seguridad en medio de las pruebas y tribulaciones de esta vida. Al abrazar la verdad de nuestra elección, podemos encontrar consuelo y fortaleza en el amor y la gracia de Dios.

Preguntas frecuentes sobre la Elección Divina

¿Qué significa ser elegido por Dios?

Según 1 Pedro 1:2, los cristianos son elegidos "según la presciencia de Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre". Esto implica que Dios nos ha elegido antes de la fundación del mundo, reconociéndonos como suyos y concediéndonos su favor.

¿Cuál es el papel del Espíritu Santo en la elección?

El Espíritu Santo juega un papel crucial en la santificación de los elegidos. Su obra santificadora transforma gradualmente a los creyentes, haciéndolos más semejantes a Cristo. Este proceso de santificación es esencial para que los elegidos obedezcan a Jesús y experimenten los beneficios de su sangre derramada.

¿Cuál es el propósito de la elección?

El propósito de la elección es que los elegidos obedezcan a Jesucristo y sean rociados con su sangre. La obediencia a Jesús implica vivir una vida de fe y santidad, mientras que ser rociados con su sangre representa la purificación del pecado y la garantía de la salvación eterna.

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