¿Debemos Orar con Pocas Palabras o Sin Cesar?
Muchas personas se preguntan si es mejor orar con pocas o muchas palabras. Hay versículos bíblicos que parecen contradecirse al respecto:
Orar con Pocas Palabras
Salomón aconseja: "No te precipites a hablar con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir una palabra ante Dios, porque Dios está en el cielo y tú en la tierra" (Eclesiastés 5:2-3). Jesús también enseña a orar con pocas palabras: "Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería" (Mateo 6:7-8).
Orar sin Cesar
Sin embargo, Pablo exhorta a los cristianos a "orar sin cesar" (1 Tesalonicenses 5:17). ¿Cómo conciliar estas dos perspectivas aparentemente diferentes?
Orar sin Cesar y con Reflexión
Orar sin cesar no significa orar constantemente en voz alta cada segundo del día. Más bien, implica:
- Mantener un espíritu continuo de dependencia de Dios.
- Orar repetidamente y con frecuencia en cada situación de necesidad y agradecimiento.
- Nunca rendirse en la oración, incluso cuando no parezca estar funcionando.
Por otro lado, orar con pocas palabras significa evitar oraciones vacías y repetitivas. Dios no está interesado en la cantidad de palabras que decimos, sino en la sinceridad y la fe de nuestras peticiones.
Podemos orar sin cesar y aún así ser reflexivos y concisos en nuestras oraciones. Orar con fe y dependencia de Dios es más importante que el número de palabras que usemos. Como dijo J.C. Ryle: "La oración es menos una cuestión de palabras que de actitud del corazón".
¿Debemos orar con pocas palabras o sin cesar?
Pregunta: ¿Cómo se reconcilian las enseñanzas de orar con pocas palabras con la instrucción de orar sin cesar?
Respuesta:
- Orar con pocas palabras significa evitar oraciones vacías y repetitivas.
- Orar sin cesar implica un espíritu continuo de dependencia en Dios y oraciones frecuentes en todas las situaciones.
- No existe una contradicción entre estos dos principios si comprendemos que "orar sin cesar" no significa hablar constantemente con Dios en voz alta.
- En cambio, sugiere un estado constante de comunión con Dios y un hábito de llevarle nuestras necesidades y agradecimientos.
- Las oraciones breves y sinceras, llenas de fe, son más efectivas que las oraciones largas y repetitivas.
- Debemos acercarnos a Dios con un espíritu de dependencia continua, pero evitando la dependencia de las palabras en lugar de la fe.