¿Debemos despreciar o amar a los viles?
El desdén por la vileza
En el Salmo 15, David afirma que una característica de los justos es el desprecio por los viles. Esta forma de desprecio no implica el deseo de destruir, sino el reconocimiento de la fealdad y repugnancia moral de la vileza. Los justos no admiran ni honran a los que se deleitan en el mal.
El amor por los enemigos
Sin embargo, Jesús enseña que debemos amar a nuestros enemigos y orar por quienes nos persiguen. Este amor no significa aprobar su maldad, sino desear su bienestar y salvación. La parábola del Buen Samaritano ilustra cómo podemos mostrar compasión y ayuda práctica a quienes despreciamos.
La coexistencia de desprecio y amor
Es posible despreciar la vileza y amar al vil. El desprecio se dirige al carácter, mientras que el amor se dirige a la persona, deseando su redención y salvación. Los justos sienten repugnancia por la vileza, pero se abstienen de juicios condenatorios y buscan la restauración de los que han caído en ella.
El amor que Jesús nos modela
El mejor ejemplo de amar a los viles es el de Jesucristo. Mientras moría en la cruz, oró por aquellos que lo habían crucificado, diciendo: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Este amor radical nos desafía a amar incluso a los que nos han hecho mal, unidos a Jesús en su petición de perdón.
¿Está bien sentir desprecio hacia las personas viles?
Sí, según el pasaje bíblico, es apropiado despreciar la vileza y a las personas que la encarnan. El desprecio se refiere a reconocer y condenar la naturaleza pecaminosa y despreciable de los individuos.
¿Cómo se puede amar a los enemigos y despreciar la vileza al mismo tiempo?
El amor hacia los enemigos no implica admiración o aprobación de sus acciones malvadas. En cambio, el amor consiste en mostrar compasión, perdón y estar dispuesto a ayudar, incluso a aquellos que nos han hecho daño. El desprecio hacia la vileza, por otro lado, implica reconocer y condenar el pecado y la maldad.
¿Es pecado admirar a las personas viles?
Sí, admirar o venerar a las personas viles se considera un pecado. La admiración debe dirigirse hacia aquellos que temen al Señor y viven de acuerdo con sus principios.
¿Cuál es el ejemplo bíblico más claro de amar a alguien que despreciamos?
La parábola del Buen Samaritano es el ejemplo más claro de amar a alguien que despreciamos. En la parábola, un samaritano ayuda a un judío herido, a pesar de la hostilidad entre ambos grupos. Esto demuestra que el amor cristiano implica mostrar compasión y ayuda, incluso a aquellos que son diferentes o que nos han hecho daño.