¡David, el Rey Elegido por Dios!

La Selección de David

Dios le reveló a Samuel que debía encontrar un nuevo rey para Israel entre los hijos de Jesé. Cuando Samuel llegó a Belén, los ancianos temieron su visita. Sin embargo, Samuel los tranquilizó y les pidió que se purificaran para el sacrificio.

Jesé presentó a sus siete hijos ante Samuel, pero Dios no eligió a ninguno de ellos. Luego, Jesé mencionó a su hijo menor, David, que estaba cuidando el rebaño. Samuel mandó a buscarlo y, al verlo, Dios le indicó que era el elegido. Samuel ungió a David con aceite, y el Espíritu del Señor descendió sobre él.

El Servicio de David para Saúl

El Espíritu del Señor abandonó a Saúl y un espíritu maligno lo atormentó. Los siervos de Saúl sugirieron que encontraran a un músico para tocar el arpa y aliviar su pena. Uno de ellos recomendó a David, el hijo de Jesé, que era un hábil arpista y guerrero.

Saúl envió mensajeros a Jesé para pedirle a David. David fue ante Saúl y comenzó a servirle. Saúl quedó impresionado por David y lo convirtió en su escudero. Cada vez que el espíritu maligno atormentaba a Saúl, David tocaba el arpa y el espíritu se alejaba.

Preguntas frecuentes

¿Por qué Dios rechazó a Saúl como rey?

Respuesta: Porque Saúl se había vuelto orgulloso y desobediente a Dios (1 Samuel 15:10-23).

¿Cómo eligió Dios a David como rey?

Respuesta: Dios envió a Samuel a Belén para ungir a uno de los hijos de Isaí. Samuel juzgó inicialmente por las apariencias, pero Dios miró el corazón de David y lo eligió (1 Samuel 16:7).

¿Qué hizo David después de ser ungido rey?

Respuesta: David continuó sirviendo como pastor, pero el Espíritu del Señor estaba sobre él (1 Samuel 16:13).

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¿Por qué Saúl envió a buscar a David?

Respuesta: Saúl estaba atormentado por un espíritu maligno y sus sirvientes sugirieron que un músico tocara el arpa para él. David era conocido como un talentoso arpista (1 Samuel 16:14-18).

¿Cómo afectó la música de David a Saúl?

Respuesta: Cuando David tocaba el arpa, el espíritu maligno que atormentaba a Saúl se iba, y Saúl se sentía más tranquilo y mejor (1 Samuel 16:23).

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