¡Cuidado! El Sentido de Superioridad te Privará de la Tranquilidad

¿Qué es el Sentido de Superioridad?

El sentido de superioridad es la creencia de que merecemos privilegios o tratos especiales, o que tenemos derecho a algo. Este sentimiento no discrimina, ya que puede aplicarse tanto a los grandes como a los pequeños placeres de la vida. Por ejemplo:

  • "Merezco tener hijos, ¿por qué lucho contra la infertilidad?"
  • "He sido fiel y he buscado a Cristo, ¿por qué no ha traído un cónyuge a mi vida?"
  • "Trabajo duro, ¿por qué no logro encontrar un trabajo bien remunerado?"

Cómo Combatir el Sentido de Superioridad

Para combatir el sentido de superioridad, podemos seguir tres pasos:

1. Diagnostica tu Corazón

Identifica las áreas de tu vida donde experimentas insatisfacción. Cuestiona tus sentimientos y busca las raíces de tu decepción. Compara tu vida con la de los demás y observa si estás albergando un sentido de superioridad.

2. Recuerda a tu Dios

Dios promete amar, sostener y nunca abandonar a sus hijos (Salmo 36:7, 139:7-12, 62:1-2). Confiar en su bondad nos ayuda a estar contentos con lo que nos da y nos quita.

3. Imita a tu Salvador

Cristo renunció a sus derechos para nuestro bien eterno (Filipenses 2:5-8). Como cristianos, debemos seguir su ejemplo y estar dispuestos a renunciar a lo que creemos merecer.

Preguntas Frecuentes

¿Qué es el derecho?

El derecho es la creencia de que merecemos privilegios o tratos especiales inherentemente, o que tenemos derecho a algo.

¿Cómo puedo reconocer mi propio sentido de derecho?

Para reconocer tu sentido de derecho, pregúntate: ¿En qué áreas de mi vida estoy insatisfecho?, ¿Por qué me siento tan decepcionado ahora mismo?, ¿Qué creo que necesito para vivir una vida abundante?, ¿Cómo comparo mi vida con la vida de otra persona?

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¿Cómo puedo combatir mi sentido de derecho?

Para combatir tu sentido de derecho, sigue estos tres pasos:

  1. Diagnostica tu corazón: Identifica las áreas donde sientes derecho.
  2. Recuerda a tu Dios: Recuerda que Dios es el Buen Pastor que te ama, sostiene y es suficiente.
  3. Imita a tu Salvador: Sigue el ejemplo de Cristo, quien renunció a sus derechos por tu bien.

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