¡Cuidado con el peligro espiritual que acecha!

Mantente alerta y fuerte en la fe

La falta de vigilancia es peligrosa para nuestras almas. El apóstol Pablo sabía que nos enfrentaríamos a peligros al seguir a Cristo:

"Estén alerta, manténganse firmes en la fe, actúen como hombres, sean fuertes. Que todo lo que hagan sea hecho con amor" (1 Corintios 16:13-14).

Esta exhortación puede parecer fuera de lugar en una lista de actualizaciones personales, pero las líneas "fuera de lugar" en las Escrituras pueden ser reveladoras. Pablo lleva una carga seria de que sus lectores estén alertas y valientes, especialmente los hombres que lideran y cuidan a la iglesia y sus hogares.

Sé vigilante

En el Nuevo Testamento, "vigilante" (1 Pedro 5:8), "despierto" (Marcos 13:37) o "alerta" (Hechos 20:31) son términos que nos instan a no descuidar el peligro significativo que nos rodea.

Un conejo alimentándose es un ejemplo de vigilancia. Nunca baja la guardia, siempre está alerta. Y por una buena razón: los perros pasan regularmente, y un conejo es vulnerable a ellos. La falta de vigilancia puede poner fin a su vida.

Ese es el tipo de vigilancia que el Espíritu Santo nos dice que mantengamos. "Cuidado con los perros" (Filipenses 3:2). Cuidado con los "lobos feroces [que] vendrán entre ustedes, sin perdonar al rebaño" (Hechos 20:29). Un cristiano, como una oveja, es vulnerable a los "perros" y "lobos" del maligno.

Mantente firme y fuerte

"Manténganse firmes en la fe". Esta resolución no es una mera buena intención. Es una verdadera determinación: una determinación santa y obstinada. Es trazar una línea en la arena y no retroceder.

Leer Más:  Cómo no orar: Aprendiendo de fariseos y paganos

Pablo usa esta frase frecuentemente (2 Corintios 1:24; Gálatas 5:1; Filipenses 1:27; 2 Tesalonicenses 2:15). Es un lenguaje de guerrero: "Tomen toda la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo y, después de haber hecho todo, mantenerse firmes" (Efesios 6:13).

La guerra espiritual no es una metáfora. Es muy real y muy peligrosa. No es para los débiles de corazón, aunque en la ira de la batalla todo guerrero siente la tentación de desmayar en la lucha. Los soldados deben recordar que hay una causa y compañeros que necesitan ser defendidos y un enemigo que debe ser vencido.

Debemos fortalecernos contra cualquier miedo que provoque la amenaza y decidirnos a mantenernos firmes. Así es como se ve la fuerza espiritual en la práctica. En la mente de Pablo, "ser fuerte" es elegir acciones valientes frente al peligro solo con la fuerza y el armamento que Dios proporciona (Efesios 6:10, 14-17).

¿Por qué es importante la vigilancia espiritual?

La vigilancia espiritual es crucial porque protege nuestras almas de peligros reales y no meramente metafóricos. Nos mantiene alertas ante las amenazas espirituales que pueden poner en riesgo nuestra fe.

¿Cuáles son los peligros espirituales que enfrentamos?

El mal y sus agentes, como el diablo y los falsos maestros, presentan amenazas espirituales significativas. Son como "perros" y "lobos" que buscan devorarnos.

¿Cómo podemos permanecer vigilantes espiritualmente?

Debemos ser sobrios y conscientes de la actividad del diablo. Debemos saber dónde está en relación con nosotros y con nuestros seres queridos. También debemos orar con diligencia por la protección y la guía de Dios.

¿Qué significa "estar firme en la fe"?

Significa tener una determinación inquebrantable de permanecer fieles a Dios, pase lo que pase. Es defender nuestros principios y resistir las tentaciones y presiones que nos alejarían de la verdad.

Leer Más:  ¿Qué es bueno, aceptable y perfecto?

¿Cómo podemos ser fuertes espiritualmente?

La verdadera fuerza espiritual proviene de Dios. Debemos depender de él para su protección y equiparnos con su armadura espiritual (Efesios 6).

¿Por qué es esencial el amor en la batalla espiritual?

El amor es un arma poderosa contra el mal. Demuestra y comunica el evangelio, sana relaciones y expone la influencia del diablo. Debemos amar a Dios y a los demás para vencer al adversario espiritual.

Subir