Cuando No Puedes Escuchar a Dios, Sigue Hablándole

Vida en el Dolor

Nuestro mundo está lleno de pecado y sufrimiento que invade cada corazón y vida. Seguir a Jesús nos rescata de muchos males, pero no nos impide sufrir en esta vida.

Esperanza y Duelo

Los que conocemos a Jesús sabemos que el sufrimiento resalta nuestra dependencia (2 Corintios 1:8-9) y nos permite consolar a otros con el consuelo de Cristo (2 Corintios 1:3-7). También conocemos que la fuerza de Dios es perfecta en nuestra debilidad (2 Corintios 12:10) y que nuestras pruebas producen una fe probada, refinada y llena de gozo (1 Pedro 1:6-7).

Pero a veces no sentimos estas verdades. Podemos orar y orar, pero las cosas empeoran. El dolor de los sueños rotos y los pecados nos abruma.

¿Qué Hacer?

Evita las Expectativas Nocivas

A menudo nos imponemos expectativas dañinas en medio del dolor. "Tenerlo todo bajo control" es muy valorado. Incluso en los círculos cristianos, existe una sutil presión para mantener la esperanza incluso en la desesperación.

Sigue Hablando

Al igual que en el Salmo 88, podemos seguir hablando con nuestro Salvador, incluso cuando no tengamos todas las respuestas.

  • Dile que confías en él, pero que necesitas su ayuda para creer (Marcos 9:24).
  • Sé honesto con Dios. Él puede manejarlo y se preocupa por ti (1 Pedro 5:7).

Busca Apoyo

Seamos honestos y compasivos unos con otros. Estemos dispuestos a sentarnos con personas y llorar (Romanos 12:15) y a llevar sus cargas juntos (Gálatas 6:2). Una de las formas en que Dios consuela a su pueblo es a través de otros creyentes que han pasado por luchas similares (2 Corintios 1:3-11).

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