¿Cuándo es correcto devolver el mal con sufrimiento?
El equilibrio entre la misericordia y la justicia
En el capítulo 12 de Romanos, la Biblia nos exhorta a amar a nuestros enemigos, a bendecir a los que nos maldicen y a perdonar las injusticias. Si bien este mensaje promueve la misericordia, también surgen dudas sobre cómo responder ante el mal. ¿Existe alguna circunstancia en la que sea apropiado devolver el mal con sufrimiento?
Justicia en las instituciones
La Biblia reconoce la necesidad de justicia en el ámbito de las instituciones divinamente ordenadas:
- Disciplina en la familia: Proverbios 23:13 enseña que no debemos retener el castigo de los hijos. La disciplina equilibra la misericordia con la justicia, enseñando a los niños el bien y el mal.
- Educación: Premiar el esfuerzo y el mérito en la educación asegura la equidad y motiva el aprendizaje.
- Trabajo: Los trabajadores merecen una compensación justa por su trabajo, mientras que los ociosos no deben recibir recompensas inmerecidas.
- Autoridades civiles: Los gobiernos poseen el derecho de usar la fuerza para castigar a los malhechores, manteniendo el orden y protegiendo a los ciudadanos.
- Disciplina eclesiástica: Las iglesias deben disciplinar a sus miembros que pecan persistentemente, buscando su restauración y la pureza de la congregación.
Estos ejemplos ilustran que la justicia es necesaria para el funcionamiento de las instituciones. Sin embargo, no contradicen el llamado a la misericordia, ya que:
- Instituciones ordenadas por Dios: Estas instituciones existen por designio divino y requieren una base de justicia para funcionar.
- Motivos puros: Tanto la misericordia como la justicia deben provenir de motivos puros, no de venganza o egoísmo, sino del deseo de reflejar el carácter de Dios y promover su voluntad.
La gracia de Cristo
En última instancia, encontrar el equilibrio entre la misericordia y la justicia requiere la gracia de Cristo. Sin su poder transformador, podemos caer en la trampa de la venganza o la injusticia. Confiar en Cristo nos libera del peso de la culpa y nos empodera para extender misericordia mientras defendemos la justicia.
El llamado bíblico a la misericordia no excluye la justicia, especialmente en el contexto de las instituciones ordenadas por Dios. Al comprender la necesidad de justicia y actuar con motivos puros, podemos reflejar el carácter completo de Dios y navegar por las complejidades de ser misericordiosos individuos y miembros justos de la sociedad.
¿Cómo se concilia la llamada a amar a los enemigos con la retribución por el mal?
La Biblia enseña tanto la misericordia como la justicia. Aunque debemos amar a nuestros enemigos y tratarlos mejor de lo que merecen, también hay momentos en que la justicia debe prevalecer.
¿En qué situaciones es aceptable la retribución?
- Disciplina de los niños
- Evaluación justa en la educación
- Pago justo por el trabajo
- Uso legítimo de la fuerza por parte de las autoridades civiles
- Disciplina de miembros pecadores de la iglesia
¿Por qué estos ejemplos de retribución no contradicen la llamada a la misericordia?
- Estas situaciones implican instituciones que requieren una base de justicia para funcionar.
- Tanto la misericordia como la justicia deben fluir de motivos de seguridad y satisfacción en Dios y un deseo de mostrar su carácter.