El libro de Deuteronomio, en el capítulo 6, contiene el conocido pasaje conocido como “El Gran Mandamiento”. Este mandamiento, establecido por Dios, resume las obligaciones básicas para con Él y la forma en que debemos vivir nuestras vidas.
El Gran Mandamiento es claro y conciso: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deuteronomio 6:4-5).
Amar a Dios con todo
Este mandamiento nos ordena amar a Dios con todo nuestro ser: nuestro corazón, nuestra alma y nuestras fuerzas. Esto no es simplemente un sentimiento, sino un compromiso total que implica nuestra mente, emociones y voluntad.
Amar a Dios de todo corazón significa amarle por encima de todo y confiar en Él incondicionalmente. Amarle con toda nuestra alma implica entregarle nuestra vida, reconociendo su soberanía y autoridad. Y amarle con todas nuestras fuerzas significa dedicarnos a servirle con todo nuestro esfuerzo y habilidad.
Vivir según sus mandamientos
El Gran Mandamiento también implica obedecer los mandamientos de Dios. Después de afirmar el mandamiento de amar a Dios, el pasaje continúa diciendo: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6-7).
Esto nos enseña que debemos meditar en los mandamientos de Dios y enseñarles a nuestros hijos. Al hacerlo, nos mantendremos enfocados en obedecerlos y vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.
El pasaje concluye con una promesa: “Y serán como una señal en tu mano, y por memoriales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas” (Deuteronomio 6:8).
Esto simboliza el compromiso visible de vivir según los mandamientos de Dios. Al hacerlo, experimentamos sus bendiciones: larga vida, prosperidad y la presencia de Su protección y favor.
Preguntas Frecuentes
¿Qué dice el Gran Mandamiento?
Amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas (versículo 5).
¿Por qué debemos amar al Señor?
Porque Él es nuestro Dios y merece nuestra adoración y amor (versículo 4).
Porque Él nos sacó de la esclavitud y nos prometió una tierra próspera (versículos 21-23).
¿Cómo podemos mostrar nuestro amor por Dios?
Obedeciendo Sus mandamientos (versículo 17).
Enseñando Sus palabras a nuestros hijos (versículo 7).
Dándole gracias y alabanza (versículo 10).
Temiéndole y sirviéndole (versículo 13).
¿Qué sucede si no amamos al Señor?
La ira del Señor se encenderá contra nosotros (versículo 15).
Seremos destruidos de la faz de la tierra (versículo 15).
¿Cómo podemos evitar las consecuencias de no amar al Señor?
Arrepintiéndonos de nuestros pecados y creyendo en Jesucristo como nuestro Salvador (no mencionado en el texto).
Obedecer Sus mandamientos y vivir según Su voluntad (versículo 18).
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