¿Creer o no creer? El juicio ya está dado
El poder de la fe
Juan 3:18 nos revela una verdad fundamental: "El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios". Esta declaración subraya la importancia de la fe en el camino hacia la salvación.
La fe no es simplemente un asentimiento intelectual, sino una convicción profunda que transforma nuestras vidas. Cuando creemos en Cristo, no solo reconocemos su existencia, sino que también confiamos en su capacidad para redimirnos y liberarnos de la condenación.
Consecuencias de la incredulidad
Por otro lado, la incredulidad tiene graves consecuencias. Juan 3:18 declara que los que se niegan a creer ya están condenados. Esto no sugiere una sentencia arbitraria, sino una consecuencia natural de nuestro rechazo a la verdad.
La incredulidad nos ciega a la luz de Dios y endurece nuestros corazones. Nos aísla de la fuente de salvación y nos deja perdidos en nuestro pecado. Por lo tanto, es esencial que evitemos la incredulidad y abracemos la fe en Cristo, la única esperanza de salvación.
Preguntas Frecuentes
¿Quién es el "él" al que se refiere el versículo?
- Jesucristo
¿Qué sucede con los que creen en Jesucristo?
- No son condenados
¿Qué sucede con los que no creen en Jesucristo?
- Ya están condenados
¿Por qué están condenados los que no creen en Jesucristo?
- Porque no han creído en el nombre del Hijo único de Dios.