La Biblia: una guía para la toma de decisiones

La Biblia, como Palabra de Dios, nos brinda orientación en todos los aspectos de la vida. Aunque no aborda explícitamente el control de la natalidad, sus principios brindan una base sólida para tomar decisiones informadas.

Los hijos, un regalo de Dios

La Biblia afirma claramente que los hijos son un regalo precioso del Señor: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre” (Salmo 127:3). Este versículo resalta el valor de los niños como una bendición de Dios.

La mayordomía de los recursos

Sin embargo, la Biblia también nos enseña que debemos ser mayordomos responsables de los recursos que Dios nos ha dado. Debemos usarlos sabiamente para nuestro propio bien y el bien de los demás. Esto incluye el uso de la tecnología y los métodos disponibles para regular el tamaño de nuestra familia.

La planificación y el discernimiento

Dios nos ha otorgado la capacidad de planificar y discernir. Podemos considerar factores como nuestra situación financiera, nuestra salud y nuestros compromisos para tomar decisiones informadas sobre el momento y la cantidad de hijos que deseamos tener.

La fe y la provisión de Dios

Algunos argumentan que usar el control de la natalidad demuestra una falta de fe en la capacidad de Dios para proveer. Sin embargo, la Biblia nos enseña a confiar en Dios mientras tomamos decisiones sabias y prácticas. Como mayordomos responsables, debemos sopesar nuestras opciones y buscar la guía del Señor.

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La Biblia no prohíbe el control de la natalidad, pero nos guía a usarlo con sabiduría y responsabilidad. Considerar los principios bíblicos de la mayordomía, la planificación y la fe nos ayuda a tomar decisiones informadas que honran a Dios y benefician a nuestra familia.

¿Permite la Biblia el control de la natalidad?

La Biblia no prohíbe explícita ni implícitamente el control de la natalidad. Sin embargo, enfatiza la importancia de reconocer que los niños son un regalo del Señor.

¿Es el control de la natalidad consistente con la verdad de que los hijos son un regalo del Señor?

Sí, porque las Escrituras también reconocen que otros dones, como las esposas, pueden ser administrados sabiamente. Al igual que con cualquier regalo, es permisible ser un administrador del momento o la forma en que se recibe.

¿No deberíamos dejar que Dios determine el tamaño de nuestra familia?

No, porque Dios está igualmente en control cuando se usa el control de la natalidad. La planificación familiar puede ser un medio para administrar sabiamente el tamaño y el momento de la familia, según los llamados y recursos disponibles.

¿El control de la natalidad expresa falta de fe en Dios?

No, porque Dios espera que tomemos decisiones sabias. Las consideraciones financieras razonables son especialmente relevantes. El control de la natalidad puede permitirnos proveer mejor para nuestra familia y cumplir con nuestro deber de mantenerlos.

¿Debería preferirse la planificación familiar natural a la anticoncepción “artificial”?

No, porque ambas formas buscan regular el momento de la procreación. Si es permisible administrar el tamaño de la familia, entonces tanto la planificación familiar natural como la anticoncepción “artificial” son opciones válidas.

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