¿Continúa Dios hablándonos hoy?

¿Cómo se comunica Dios con nosotros en la actualidad?

Muchos hemos experimentado momentos de frustración con Dios, pues sentimos que no se manifiesta de la forma que esperamos. Quizás anhelemos que escriba mensajes en el cielo o susurre directamente a nuestros oídos.

La Biblia ofrece respuestas a nuestras inquietudes:

  • En el Antiguo Testamento, Dios habló a través de profetas mediante diversos medios (Hebreos 1:1). Los profetas eran portavoces que recibían y transmitían sus mensajes. Moses, quien transmitió la Ley al pueblo de Israel, fue tan profeta como Isaías, quien predijo el sufrimiento de Cristo.
  • En el Nuevo Testamento, Dios habló a través de su Hijo, Jesucristo (Hebreos 1:2). Durante su ministerio terrenal, Jesús transmitió sus enseñanzas y mensajes, y posteriormente a través de los Apóstoles, quienes fueron mensajeros enviados directamente por Él.

La importancia de la Biblia

Las Sagradas Escrituras son la revelación completa de Dios y la autoridad suprema por la que se juzga todo. La Biblia es el medio principal por el cual Dios nos habla, y Jesús nos advierte sobre los falsos profetas (Mateo 7:15). Los cristianos debemos discernir y manejar correctamente las Escrituras (2 Timoteo 2:15). La Palabra de Dios es la única fuente perfecta de edificación y guía (2 Timoteo 3:16-17).

La voz de Dios hoy

Cuando alguien afirma haber recibido una nueva revelación de Dios, está en un error. La revelación de Dios se completó a través de Jesucristo (Hebreos 1:2; Lucas 24:25-27). La Palabra de Cristo, plasmada en la Biblia, es lo que continúa hablándonos.

La Escritura es la forma definitiva en que Dios se comunica con nosotros hoy, como lo demuestra el autor de Hebreos al citar el Salmo 95 (Hebreos 3:7-11). Las verdades reveladas en la Biblia son tan activas ahora como cuando fueron escritas.

Leer Más:  El renacimiento de tus cuerpos mortales: Una promesa para los que tienen el Espíritu de Dios

Precauciones necesarias

Debemos ser prudentes y juzgar toda experiencia que atribuyamos a Dios a la luz de las Escrituras. El Espíritu Santo nos ayuda a aplicar la Palabra de Dios en nuestras vidas. Si Dios nos habla, Sus palabras se alinearán con la Biblia.

Existen movimientos que otorgan autoridad divina a pensamientos inspirados por estímulos espirituales, como si fueran recibidos directamente de Dios. Tales personas suelen validar sus creencias y doctrinas basadas en experiencias espirituales y emociones en lugar de la Palabra de Dios. Debemos recordar que Dios no es el único Espíritu activo en el mundo. El diablo también puede influir en nuestros corazones y mentes (Juan 13:2; Marcos 8:31-33). No sería sorprendente si alentara experiencias espirituales agradables para fomentar falsas creencias que nos alejen de la verdad de Dios.

Nunca debemos hacer de nuestros sentimientos o experiencias espirituales el medio principal para buscar a Dios. Si bien esas experiencias pueden ser significativas, deben ser juzgadas a la luz de las Escrituras (Hechos 17:10-11).

Podemos confiar plenamente en que la Palabra de Dios, la Biblia, es lo que aún habla hoy. Como creyentes, debemos evitar la trampa de reinterpretar o ignorar la Palabra de Dios cuando entra en conflicto con las normas sociales. Dios permanece inmutable, y su Palabra no se ve afectada por el tiempo ni la sociedad (Hebreos 13:8).

Subir