¿Cómo vivir con la mente puesta en las cosas de arriba?

Raíces en tierra celestial

Si perteneces a Cristo, no vives realmente en la tierra, sino en el cielo: "Habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios" (Colosenses 3:3). Tu vida en Cristo no se muestra plenamente ahora, sino solo entonces: "Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria" (Colosenses 3:4).

Tu vida está maravillosamente ligada a Jesús mismo, que reina allí y aparecerá entonces. Y la mentalidad celestial nos alinea con ese hecho, enseñándonos a definir nuestra identidad no por la persona que vemos en el espejo, sino por el Salvador que vemos en las Escrituras.

Hábitos celestiales

¿Cómo podemos crecer en mentalidad celestial? Podemos:

  • Empezar el día en el cielo: Como Robert Murray McCheyne, dedica tus devociones matutinas a "darle al ojo el hábito de mirar hacia arriba todo el día".
  • Fijar la mente a través de la meditación: Esto implica más que leer sobre cosas celestiales. Medita en ellas, ponderando su significado y maravillándote de su gloria.
  • Retirarse a las cosas de arriba durante el día: Recuerda lo que leíste por la mañana, memoriza pasajes o ora a Dios en los momentos de silencio.
  • Atesorar el corazón del cielo: El centro de toda la gloria celestial es Dios mismo en Cristo. Llena tu mente con Él tanto como puedas, sabiendo que la mentalidad celestial es estar con Jesús siempre.

¿Qué es el cielo?

El cielo es el reino eterno de Dios, donde los creyentes estarán libres de tristeza y sufrimiento y disfrutarán de la presencia de Dios y de su Hijo, Jesucristo.

¿Qué significa ser de mente celestial?

Tener la mente celestial significa vivir en luz de la realidad del cielo, alineando nuestras vidas con los valores y las normas celestiales, y buscando glorificar a Dios en todo lo que hacemos.

¿Cómo podemos cultivar la mente celestial?

Podemos cultivar la mente celestial:
- Comenzando nuestro día en el cielo a través de la oración y la lectura bíblica.
- Meditando en las Escrituras, reflexionando sobre su significado y aplicación en nuestras vidas.
- Retirando nuestras mentes a las cosas celestiales a lo largo del día, recordando las promesas de Dios y su presencia.
- Valorando la presencia de Cristo como el corazón del cielo, centrando nuestras vidas en Él.

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