¿Cómo tratar a los creyentes débiles?

Recibe a los débiles en la fe

Cuando encontramos a personas con creencias diferentes a las nuestras, es importante recibirlas con amabilidad, aunque no estemos de acuerdo con sus puntos de vista. Debemos evitar las discusiones sobre temas no esenciales, centrándonos en construir relaciones y apoyo mutuo.

Respeta las diferencias

Cada persona tiene sus propios valores y convicciones. Debemos respetar las elecciones de los demás, incluso si no las compartimos. Evitemos juzgar o criticar a quienes no hacen las mismas cosas que nosotros. Dios ha recibido a todos, por lo que también debemos hacerlo.

No juzgues a los demás

Dios es el único que tiene el derecho de juzgar a los demás. Debemos dejar que Él se encargue de ello y no tomar su lugar. En cambio, debemos enfocarnos en nuestras acciones y asegurarnos de no hacer tropezar o dañar a otros.

Vive para el Señor

Nuestra vida debe estar centrada en servir a Dios. Tanto si comemos como si no, tanto si observamos un día como si no, lo hacemos para honrarle. No debemos juzgar a los demás por sus hábitos o creencias, sino reconocer que todos somos responsables ante Dios.

Evita las divisiones

Las diferencias de opinión pueden dividirnos, pero Dios quiere que vivamos en unidad. Debemos buscar puntos en común y trabajar juntos para edificarnos unos a otros. Evitemos poner tropiezos o causar divisiones entre nosotros.

Ten cuidado con lo que comes

Aunque no hay alimentos inherentemente impuros, debemos ser sensibles a las conciencias de los demás. Si nuestra elección de alimentos ofende o daña a alguien, debemos reconsiderarla. El amor debe guiar nuestras acciones, incluso en lo que respecta a cosas aparentemente insignificantes.

Prioriza la paz y la edificación

El reino de Dios no se trata de reglas alimentarias, sino de vivir en armonía y apoyarse mutuamente. Debemos buscar la paz y la edificación en nuestras interacciones, anteponiendo las necesidades de los demás a nuestros propios deseos.

Preguntas frecuentes

¿Cómo debemos tratar a los débiles en la fe?

  • Recíbelos sin discutir sobre asuntos dudosos (v. 1).
  • No los desprecies ni los juzgues (v. 3).
  • Dios los ha aceptado (v. 3).

¿Cómo debemos tratar las diferencias en convicciones?

  • Cada uno debe estar convencido en su propia mente (v. 5).
  • No debemos juzgar ni menospreciar a los demás por sus creencias (v. 10).
  • Todos daremos cuenta a Dios por nuestras propias acciones (v. 12).

¿Cuál es la verdadera naturaleza del alimento?

  • Nada es inmundo en sí mismo (v. 14).
  • Lo que es inmundo para una persona no lo es para otra (v. 14).

¿Cómo debemos actuar cuando nuestras acciones pueden ofender a otros?

  • Debemos caminar en amor y evitar hacer tropezar a los demás (v. 15).
  • No debemos permitir que nuestra libertad nos lleve a destruir la fe de los demás (v. 15).

¿Cuál es la verdadera naturaleza del reino de Dios?

  • No se trata de comida y bebida, sino de justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo (v. 17).
  • Servir a Dios en estas cosas es agradable a Él y aprobado por los hombres (v. 18).

¿Qué importa en última instancia?

  • Hacer las cosas que contribuyen a la paz y la edificación mutua (v. 19).
  • Evitar cualquier cosa que pueda hacer tropezar o debilitar a los demás (v. 21).
  • Tener fe en Dios y no condenarse a sí mismo en las cosas que se aprueban (v. 22).
  • Reconocer que todo lo que no proviene de la fe es pecado (v. 23).
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