¿Cómo sé si realmente estoy salvo?
El peligro de la hipocresía
Cuando alguien afirma ser cristiano pero no muestra frutos de transformación en su vida, está cometiendo hipocresía. Juan advierte contra esto, destacando que el verdadero renacimiento implica evidencia de un cambio genuino.
El consuelo del abogado
A pesar de nuestras debilidades, tenemos un abogado ante Dios: Jesucristo. Su justicia cubre nuestros pecados, creando un camino hacia la salvación. Juan nos recuerda que Jesús es nuestro defensor, intercediendo por nosotros.
El equilibrio en el corazón del renacido
Los cristianos oscilan entre dos extremos:
Presunción
Cuando nos volvemos laxos y nos alejamos de la santidad, el Espíritu Santo nos despierta con la verdad de 1 Juan 3:9, que nos recuerda que los nacidos de Dios no perseveran en el pecado. Esto nos lleva a buscar la misericordia y el perdón de Jesús.
Desesperación
Cuando nos centramos en nuestra insuficiencia y dudamos de nuestra salvación, el Espíritu Santo nos consuela con 1 Juan 2:1, que nos asegura que tenemos un abogado que aboga por nosotros. Esto restaura nuestra esperanza y nos ayuda a confiar en la justicia de Jesús.
El discernimiento espiritual del nuevo nacimiento
Los renacidos distinguen espiritualmente cómo utilizar tanto las advertencias de hipocresía como las promesas de defensa. No abusan de la gracia para pecar ni se hunden en la desesperación.
El discernimiento espiritual nos permite responder adecuadamente a las advertencias de hipocresía y las garantías de defensa. Al abrazar ambos, crecemos en nuestra confianza en la salvación y disfrutamos de la seguridad de que somos hijos de Dios.
Preguntas frecuentes
¿Cómo puedo saber si realmente he nacido de nuevo?
- Pregunta: ¿Cómo tratan las personas que han experimentado el milagro del nuevo nacimiento su propia pecaminosidad mientras intentan disfrutar de la plena seguridad de su salvación?
- Respuesta: Lo hacen utilizando las enseñanzas de Juan en 1 Juan. Advierte contra la hipocresía, afirmando que no se puede nacer de nuevo y no tener fruto, evidencia o validación en la vida. También celebra que tenemos un abogado y una propiciación, que es justo y ha quitado la ira de Dios, proporcionando un camino para los pecadores a la esperanza eterna.
¿Cómo uso las verdades de 1 Juan para discernir mi salvación?
- Pregunta: ¿Cómo se usan las dos verdades de 1 Juan (advertencia contra la hipocresía y celebración del abogado y la propiciación) para discernir la salvación?
- Respuesta: La persona nacida de nuevo discierne espiritualmente qué hacer con estas dos verdades y hace un uso bíblico apropiado de ellas.
¿Qué sucede cuando me deslizo hacia la tibieza y la indiferencia hacia el pecado?
- Pregunta: ¿Qué sucede cuando un cristiano comienza a deslizarse hacia un estado de ánimo tibio, descuidado y presuntuoso con respecto a su propia pecaminosidad?
- Respuesta: La verdad de 1 Juan 3:9 ("Ninguno nacido de Dios hace costumbre de pecar") se vuelve crucial. El Espíritu Santo despierta a la persona nacida de nuevo, haciéndole temer el peligro de su condición y llevarlo al abogado y la propiciación para misericordia y perdón.
¿Qué sucede cuando me hundo en el miedo y el desaliento por mi insuficiencia?
- Pregunta: ¿Qué sucede cuando un cristiano se hunde en el miedo y el desaliento, creyendo que su justicia, amor y lucha contra el pecado nunca serán lo suficientemente buenos?
- Respuesta: La persona nacida de nuevo se vuelve a 1 Juan 2:1, donde Dios le dice que tiene un abogado, Jesucristo. El punto es que el abogado defiende la causa de los pecadores, proporcionando esperanza y consuelo.
¿Cómo sé si la promesa de tener un abogado me justifica para tener una actitud indiferente hacia el pecado?
- Pregunta: ¿El nuevo nacimiento usa la promesa de tener un abogado para justificar una actitud indiferente hacia el pecado?
- Respuesta: No. El nuevo nacimiento no responde a la advertencia de "ninguno nacido de Dios hace costumbre de pecar" usando esto para alimentar la desesperación o la presunción. La persona nacida de nuevo discierne espiritualmente cómo usar las advertencias de hipocresía y las seguridades de la abogacía para crecer en la plena seguridad de su salvación.