El alfabeto hebreo y la preciosidad de la Palabra de Dios
El Salmo 119 tiene 176 versículos porque el alfabeto hebreo consta de 22 letras. El salmista exalta la inestimable riqueza de la Palabra de Dios dedicando ocho versículos a cada letra, cada uno comenzando con ella. Es como decir: “La Palabra de Dios es preciosa en todos los sentidos, de la A a la Z, más allá de la perfección”.
El énfasis en la bondad
En cada grupo de ocho versículos, el salmista emplea palabras diferentes que empiezan por la letra correspondiente. Sin embargo, los versículos 65-72, que empiezan por la letra hebrea “teth”, destacan porque utilizan la palabra “bueno” (tov) cinco veces. Esto llama nuestra atención.
Los versículos 65 y 68 afirman que Dios es bueno y que hace el bien. El versículo 71 declara que la aflicción fue buena para el salmista porque le enseñó los estatutos de Dios.
La aflicción que sufrió el salmista fue la calumnia de sus adversarios (versículo 69). Esta aflicción le llevó a una mayor obediencia (versículo 67) y comprensión (versículo 71).
La instrucción de la Palabra supera al oro y la plata
El versículo 72 expresa que la instrucción de la Palabra de Dios es mejor que miles de piezas de oro y plata. Si Dios y su Palabra son nuestros valores más elevados, entonces todo lo que nos acerque a ellos será bueno, aunque no sea fácil.
Dios utiliza la aflicción y las pruebas para iluminar su Palabra, darnos discernimiento y producir obediencia. Aunque la aflicción no es algo deseable, podemos reconocer su bondad porque nos lleva a comprender y experimentar la Palabra de Dios, que es el mayor tesoro que podemos poseer.
Preguntas Frecuentes
¿Por qué el Salmo 119 tiene 176 versos?
Porque el alfabeto hebreo tiene 22 letras, y el salmista escribió ocho versos de alabanza por cada letra.
¿Por qué los versos 65-72 se destacan en el Salmo 119?
Porque los cinco versos comienzan con la misma palabra hebrea “tov” (bueno).
¿Cuál es el bien que el salmista quiere que veamos en los versos 65-72?
La aflicción que trae entendimiento, discernimiento y obediencia a la palabra de Dios.
¿Por qué el salmista llama a la aflicción “buena”?
Porque valora más el conocimiento profundo de la palabra de Dios que las riquezas materiales.
¿Cómo podemos ver las pruebas y tribulaciones como algo bueno?
Entendiendo que Dios las usa para enseñarnos y guiarnos hacia un conocimiento más profundo de su palabra.
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