¿Cómo identificar la verdadera santidad?
La santidad verdadera y la falsa
En nuestro anhelo de santidad, debemos reconocer que existen dos tipos: la verdadera santidad que proviene de Cristo y la falsa santidad que inventamos.
La santidad verdadera refleja a Jesús, piensa como él y resuena con sus instintos. En cambio, la falsa santidad es una exaltación de nuestra superioridad, preferencias divisivas y rigidez estrecha.
El peligro de la falsa santidad
La falsa santidad puede sentirse bien porque viene naturalmente de nosotros, pero en realidad es inmoral. Al exaltar nuestra propia rectitud, nos volvemos más exigentes, sombríos y vergonzosos con los demás.
C.S. Lewis advierte que la "autocomplacencia fría y santurrona" puede estar más cerca del infierno que la prostitución. Esto se debe a que la falsa santidad proviene del "yo diabólico" dentro de nosotros, que es peor que nuestra naturaleza animal.
La verdadera santidad: humilde y amorosa
La verdadera santidad, por otro lado, no tiene orgullo. Es "mansa y humilde" (Mateo 11:29). No es una concesión, sino el núcleo de la santidad de Cristo.
Las personas verdaderamente santas no son arrogantes ni críticas. Nos hacen sentir amados y aceptados, no avergonzados ni presionados.
El camino hacia la verdadera santidad
Para alcanzar la verdadera santidad, debemos dejar de lado nuestra falsa santidad y recibir a Cristo con humildad. Debemos reconocer que no podemos ser justos por nuestros propios medios y confiar en la gracia de Dios a través de Jesús.
Así, experimentaremos la profunda verdad de Filipenses 3:8-9: "Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe".
Preguntas Frecuentes sobre La Santidad desde Abajo: Una Advertencia Contra la Justicia Propia
H3. ¿Quién es Ray Ortlund?
- Autor del libro "La muerte del porno: Hombres de integridad construyendo un mundo de nobleza".
- Presidente de Renewal Ministries y miembro del consejo de The Gospel Coalition.
- Fundador de Immanuel Church en Nashville, Tennessee, y ahora sirve desde Immanuel como Pastor de Pastores.
H3. ¿Cuál es la diferencia entre la santidad de Jesús y nuestra propia santidad inventada?
- La santidad de Jesús se caracteriza por la mansedumbre, la gracia y el amor, reflejando su propia naturaleza.
- Nuestra santidad inventada es una forma de justicia propia, impulsada por el orgullo, la rigidez y la condena de los demás.
H3. ¿Por qué es peligrosa la falsa santidad?
- Puede conducir a la arrogancia, la dureza de corazón y la división.
- Puede distorsionar nuestra percepción de la verdadera santidad y convertirla en una fuente de orgullo y condenación.
H3. ¿Cómo podemos identificar la verdadera santidad?
- Es amable, acogedora y atractiva.
- Se caracteriza por la humildad, la gracia y el amor hacia todos.
- No busca condenar o avergonzar, sino edificar y restaurar.
H3. ¿Qué debemos hacer si nos encontramos luchando con la falsa santidad?
- Reconocerla como un engaño peligroso.
- Arrepentirnos de nuestro orgullo y justicia propia.
- Volvernos a Jesús con humildad y fe, confiando en su gracia y santidad.
H3. ¿Cuál es el papel de la humildad en la búsqueda de la verdadera santidad?
- Nos permite reconocer nuestra propia debilidad e indignidad.
- Nos abre a recibir la gracia y el perdón de Dios.
- Nos ayuda a evitar las trampas de la arrogancia y la justicia propia.
H3. ¿Cómo podemos cultivar la verdadera santidad en nuestras vidas?
- Estudiando las Escrituras y meditando en ellas.
- Orando y buscando la guía del Espíritu Santo.
- Rodeándonos de personas que nos desafían y apoyan en nuestro camino hacia la santidad.
- Participando en prácticas espirituales como el ayuno y el servicio.