¿Cómo honramos a Cristo en nuestro interior?
El Camino de la Esperanza
Cuando rezamos el Padrenuestro, la primera petición es "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre". La prioridad de Jesús es el nombre de su Padre, y también lo es para sus seguidores. Oramos, ante todo, "Padre, haz que tu nombre sea santificado. Trabaja con poder soberano en la iglesia de todo el mundo para llevar los corazones a un lugar donde santifiquen tu nombre".
El término "santificar" es el mismo que utiliza Pedro en el versículo 15 de nuestro texto cuando dice: "Santifica a Cristo como Señor en tus corazones". Santifica a Cristo como Señor en tus corazones. Él es Dios con nosotros. Él y el Padre son uno. Santificar el nombre de Dios Padre y santificar a Dios Hijo es lo mismo.
¿Qué significa santificar a Cristo como Señor?
¿Pero qué significa santificar o consagrar a Cristo como Señor? Significa considerarlo el ser más sagrado del universo. Considerarlo único, inigualable, sin parangón ni rival en pureza, rectitud y bondad. Cuando la NVI dice (en el v. 15), "Aparten a Cristo como Señor", creo que significa ponerlo en una categoría propia, el lugar más alto, el mayor valor, el tesoro más supremo, la mayor admiración, el premio más preciado, el que más estimamos, honramos y amamos de todas las personas y cosas del mundo.
El honor de su señorío
Admira especialmente su señorío: "Santifica a Cristo como Señor". Sorpréndete de su señorío sobre el universo. Inclínate ante su gobierno soberano. Tiembla de alegría y regocijo ante la majestad del Señor que dice: "¿Quién podrá librar de mi mano? Yo obro, ¿y quién lo impedirá?" (Isaías 44:13). La santificación es el tipo de honor que se le da a un rey grande, maravilloso y justo. Santifica a Cristo como Señor, como Rey.
No temas al hombre, santifica a Cristo
Ahora bien, ¿qué tiene que ver la santificación o consagración de Cristo como Señor con los otros aspectos de este texto: el celo por hacer el bien, el sufrimiento necesario por la justicia, el ser intrépido, manso y reverente, y dar razón de nuestra esperanza?
Podemos ver la respuesta si leemos cuidadosamente los versículos 14b-15. "No temas sus amenazas, ni te turbes, 15 sino santifica a Cristo como Señor en tus corazones...". En otras palabras, santificar a Cristo como Señor en tu corazón es la alternativa a temer al hombre. No temas al hombre, santifica a Cristo como Señor. Por lo tanto, hay algo en la intrepidez ante las amenazas de los hombres que honra a Cristo como Señor. ¿Qué es eso? ¿Por qué la intrepidez santifica a Cristo?
¿Por qué la intrepidez santifica a Cristo?
La respuesta se da al seguir leyendo. Versículo 15: "Santifica a Cristo como Señor en tus corazones, [¿Cómo? Al] estar siempre preparados para presentar defensa ante todo el que te demande razón de la esperanza que hay en ti". Santifica a Cristo en tus corazones dando una defensa creíble de tu esperanza. ¿Cómo se santifica u honra a Cristo con una buena defensa de nuestra esperanza? La respuesta parece ser que él es esa esperanza. Él es el fundamento y el objetivo de ella. Cuando nuestra esperanza parece fuerte, Cristo, el fundamento y el objetivo de ella, parece fuerte. Así que es santificado y honrado cuando demostramos que nuestra esperanza es inquebrantable.
Ahora podemos ver el vínculo entre la intrepidez y la santificación de Cristo como Señor. Pedro dice (vv. 14b-15a): "No temas sus amenazas, ni te turbes, sino santifica a Cristo como Señor en tus corazones". La intrepidez santifica a Cristo como Señor. ¿Por qué? Porque la intrepidez demuestra que nuestra esperanza es inquebrantable. La intrepidez es un claro testimonio de que nuestra esperanza es real. Y como Cristo es el fundamento y el objetivo de nuestra esperanza, la intrepidez lo honra, lo santifica, lo santifica, muestra su valor y fuerza únicos en nuestras vidas.
Así que mi conclusión es que todo este texto trata sobre la esperanza y la forma en que nos ayuda a santificar u honrar a Cristo como Señor en nuestros corazones. El tema principal de este texto, y de nuestras vidas, es santificar, honrar y venerar a Cristo como Señor. El tema secundario es la esperanza que nos da este señorío con todos sus efectos que muestran la supremacía del valor de Cristo.
Preguntas frecuentes
¿Qué significa halagar a Cristo como Señor?
Significa considerarlo el ser más sagrado del universo, único en su clase, sin igual en pureza, rectitud y bondad.
¿Por qué la valentía santifica a Cristo?
Porque la valentía demuestra que nuestra esperanza es inquebrantable, y Cristo es el fundamento y el objetivo de nuestra esperanza.
¿Cómo defendemos bien nuestra esperanza?
Dando una defensa creíble basada en la confiabilidad de los testigos, las enseñanzas auto-autentificadoras de Jesús, el significado de la historia, la evidencia de la resurrección, las profecías cumplidas y nuestro encuentro personal con Cristo.
¿Qué quiere decir Pedro con "dar cuenta de nuestra esperanza con mansedumbre y reverencia"?
Significa presentar nuestra defensa con calma, ecuanimidad y tranquilidad, reconociendo la importancia y la seriedad de nuestra fe.
¿Por qué es importante ser celoso en las buenas obras?
Porque cuando ponemos nuestra esperanza en Cristo y le confiamos nuestro futuro, él nos capacita y nos inspira para hacer el bien. La esperanza celosa demuestra el valor de Cristo y nos brinda la máxima alegría en él.