¿Cómo es Jesús a la vez gozo y maestro?
El Hijo Pródigo y la perspectiva del hermano mayor
En la parábola del hijo pródigo, el hermano mayor representa a los fariseos, quienes veían a Dios como un amo severo y legalista. Sin embargo, el padre representa a Jesús, quien desea que todos reciban su misericordia y perdón.
La verdadera relación con Dios
El padre intenta corregir la perspectiva del hermano mayor, recordándole que es un hijo amado, no un esclavo. No necesita trabajar para ganar el favor de su padre, sino que puede disfrutar libremente de la herencia que le corresponde.
Dios como Maestro y nuestro servicio
Mientras que el Nuevo Testamento presenta a Dios y a Jesús como Maestros o Señores, el concepto de "esclavitud" no implica que debamos proporcionar servicios para satisfacer sus necesidades. Por el contrario, Jesús vino a servirnos, no a ser servido.
Dios nos provee
Textos como Marcos 10:45 y Hechos 17:25 enfatizan que Dios no necesita nuestra ayuda. Él es el dador de la vida, el aliento y todo lo que necesitamos. Por lo tanto, nuestro servicio a Dios se transforma en una respuesta agradecida a su servicio hacia nosotros.
Sirviendo con la fuerza de Dios
Como dice 1 Pedro 4:11, servimos en dependencia de la fuerza que Dios nos provee. Esto significa que toda nuestra entrega y servicio es en realidad un recibir primero. Vivimos por fe, confiando en la gracia de Dios que nos llega constantemente.
Cuando encontramos nuestro descanso y alegría en Dios como nuestro Redentor y Padre perdonador y proveedor, comenzamos a servirle de manera gozosa, confiando en su servicio hacia nosotros. Así es como Jesús es a la vez nuestro gozo y nuestro Maestro, dirigiéndonos con amor y liberándonos para servir con alegría.
Preguntas Frecuentes
¿Cómo puede Jesús ser tanto alegría como maestro?
Cuando reconocemos a Jesús como nuestro Redentor y Padre que perdona, encontramos verdadera alegría. Al mismo tiempo, reconocemos su autoridad como Señor y Maestro, quien establece los parámetros para nuestra vida.
¿Cómo podemos equilibrar ver a Dios como un Padre amoroso y como nuestro Rey y Señor?
La clave es reconocer que nuestra relación con Dios está definida por su obra a nuestro favor, no por nuestro trabajo para él. Él nos sirve y provee para nosotros, dándonos la capacidad de servirle con alegría.
¿Cómo se manifiesta nuestra servidumbre a Dios cuando él nos provee todo lo que necesitamos?
Nuestra servidumbre a Dios es un reflejo de su servicio a nosotros. Al recibir su gracia y provisión, respondemos sirviéndole con alegría, reconociendo que nuestra fuerza proviene de él.
¿Cómo podemos evitar servir a Dios como esclavos en lugar de como hijos?
Para evitar servir a Dios como esclavos, debemos descansar en él como nuestro Redentor y Padre que perdona. Al confiar en su gracia, nuestra servidumbre se vuelve alegre y dependiente de su servicio a nosotros.