¿Cómo enseñar la sana doctrina bíblica?
Enseñanzas específicas para cada grupo etario
El apóstol Pablo brinda instrucciones específicas sobre cómo enseñar la doctrina bíblica a diferentes grupos de personas:
Hombres y mujeres mayores
- Hombres mayores: Sobrios, reverentes, templados, firmes en la fe, el amor y la paciencia.
- Mujeres mayores: Reverentes en su comportamiento, no calumniadoras, sobrias y maestras del bien.
Mujeres jóvenes
- Amar a sus maridos y a sus hijos.
- Ser discretas, castas, administradoras del hogar y bondadosas.
- Obdecer a sus maridos para que la Palabra de Dios no sea deshonrada.
Hombres jóvenes
- Ser prudentes y maduros.
- Ser modelos de buenas obras, doctrina íntegra, respeto, incorruptibilidad y palabras sanas.
Esclavos
- Obedecer a sus amos y agradarles en todo.
- No ser rebeldes ni ladrones.
- Mostrar toda buena fidelidad para adornar la doctrina de Dios nuestro Salvador.
Principios generales para enseñar la doctrina bíblica
- Enseñar la verdad: Hablar palabras que se ajusten a la sana doctrina bíblica.
- Enseñar con integridad: Mostrar integridad, respeto e incorruptibilidad en la doctrina.
- Enseñar con autoridad: Hablar con autoridad, sin dejar que nadie menosprecie las enseñanzas.
- Enseñar con paciencia: Admonestar, exhortar y reprender con paciencia.
Beneficios de enseñar la sana doctrina bíblica
Enseñar la sana doctrina bíblica tiene muchos beneficios:
- Instruye a las personas en la verdad y la rectitud.
- Ayuda a las personas a vivir vidas piadosas.
- Protege a las personas de las falsas enseñanzas.
- Fortalece a las personas en su fe.
- Adorna la doctrina de Dios nuestro Salvador.
Preguntas frecuentes sobre las enseñanzas de la sana doctrina
¿Qué deben decir los ancianos según la sana doctrina?
Enseñar sobre la sobriedad, la reverencia, la templanza, la fe sólida, el amor y la paciencia. (2:1-2)
¿Cómo deben comportarse las ancianas?
Mostrar reverencia, evitar las calumnias, abstenerse del exceso de vino y enseñar cosas buenas a las mujeres más jóvenes. (2:3-4)
¿Qué deben aprender las mujeres jóvenes?
Amar a sus esposos, amar a sus hijos, ser discretas, castas, dedicadas a su hogar, obedientes y no blasfemar la palabra de Dios. (2:4-5)
¿Qué deben hacer los hombres jóvenes?
Ser sensatos, mostrar integridad, reverencia e incorruptibilidad en su doctrina, y usar un lenguaje sano que no pueda ser condenado. (2:6-8)
¿Cómo deben comportarse los siervos?
Ser obedientes a sus amos, complacerlos en todo, no responder con insolencia, no robar y mostrar fidelidad, honrando así la doctrina de Dios. (2:9-10)
¿Qué ha traído la gracia de Dios?
Enseña a negar la impiedad y los deseos mundanos, y a vivir con sobriedad, justicia y piedad en el presente. (2:11-12)
¿Qué debemos esperar?
La esperanza bienaventurada y la gloriosa venida de Jesucristo, quien nos redimió de la maldad y nos purificó como su pueblo especial. (2:13-14)