¿Cómo Dios salvó mi matrimonio?
El punto de inflexión
Los primeros años de matrimonio fueron una batalla constante para mi esposa y para mí. Las discusiones eran frecuentes y cada vez más intensas. Mi esposa se volvía cada vez más sensible y yo más frío e insensible.
En un momento dado, un comentario de mi esposa que me pareció irracional desencadenó una nueva discusión. Pero en esta ocasión, algo cambió dentro de mí. Por primera vez, me di cuenta de que mi actitud había sido hipersensible y crítica.
Un nuevo voto
En ese instante, recordé las palabras de Jesús: "Primero quita la viga de tu propio ojo, y entonces verás claramente para sacar la paja del ojo de tu hermano" (Mateo 7:5). Aunque mi esposa estuviera equivocada, debía centrarme primero en mi propio pecado.
Prometí a mi esposa que durante un año no mencionaría ninguno de sus errores. Si ella me preguntaba algo, respondería con sinceridad, pero solo hablaría de mis propias faltas.
El poder de la humildad
Mantener esta promesa fue difícil, pero Dios me ayudó. Aprendí a escuchar a mi esposa sin atacarla. Me concentré en recibir sus correcciones y admitir mis errores.
Con el tiempo, mi corazón se ablandó y me humillé ante Dios. Su gracia constante me transformó como esposo.
Una carrera hacia el arrepentimiento
Durante meses, nos enfocamos en nuestros propios errores antes que en los del otro. Gradualmente, nuestro matrimonio se transformó. Pasamos de una carrera por defendernos a una carrera por arrepentirnos primero.
Ahora, después de tantos años juntos, somos más conscientes de nuestras propias imperfecciones y de la necesidad de gracia. Somos más amables y gentiles porque entendemos la dificultad de eliminar nuestros pecados.
La salvación a través de la humildad
Dios no salvó mi matrimonio solucionando los problemas de mi esposa, sino mostrándome los míos y extendiéndome su misericordia. Aprendiendo a pedir disculpas, dar gracia y crecer, ahora somos más propensos a arrepentirnos y perdonar que a luchar y herirnos.
Preguntas Frecuentes
¿Por qué las peleas en el matrimonio son comunes?
Las peleas en el matrimonio pueden deberse a diferencias de personalidad, falta de comunicación y expectativas poco realistas.
¿Qué papel juega el marido en la resolución de conflictos?
Según la perspectiva religiosa, el marido debe asumir la responsabilidad de sus propios pecados y evitar criticar a su esposa. Debe centrarse en escuchar y recibir la corrección con compasión.
¿Cómo puede la gracia transformar el matrimonio?
La gracia de Cristo, que fluye de la cruz, puede suavizar los corazones, romper las barreras y fomentar la humildad. Al experimentar el perdón constante de Dios, los cónyuges pueden extender la misericordia y la gracia a los demás.
¿Qué papel juega la humildad en la resolución de conflictos?
La humildad reconoce la propia debilidad y necesidad de gracia. Al ser conscientes de sus propios pecados, los cónyuges son menos propensos a juzgar a los demás y más dispuestos a admitir sus errores.
¿Cómo pueden los cónyuges promover la unidad?
Los cónyuges pueden promover la unidad centrándose en sus propias faltas, compitiendo para arrepentirse primero y extendiendo la gracia y el perdón.